sábado, 27 de noviembre de 2010

Día de reflexión

Tal día como hoy, estaba un individuo borracho tumbado en una acera, rodeado de botellas vacías. No podía ponerse en pie y al pasar una vecina conocida le dijo:

-Vaya tajada que as pillado, hijo mío –a lo que él le respondió:

-Cállese, que hoy es el día de reflexión.

-Sí, es verdad. ¿Y por quién te has decidido?

-Por el tinto –le contestó.

Efectivamente, hoy es el día de reflexión de las elecciones catalanas y será la primera vez que no iré a votar; porque este circo permitido por la Junta Electoral es una vergüenza para Catalunya. ¿Cómo es posible que haya tantos bufones para rellenar más de cien candidaturas?

Siempre dije que el que nace de una manera permanecerá así hasta que muera y llamándome Constante, creía que no cambiaría nunca, pero ante el esperpéntico panorama actual en que las candidaturas están encabezadas por personajes generalmente inútiles, es mejor abstenerse y no participar en este espectáculo ridículo del que estuve desconectado durante estas dos insoportables semanas.

Catalunya es admirada en todo el mundo, especialmente por Barcelona y por las obras del genial Gaudí, pero si los medios de comunicación internacionales se hicieran eco de estas elecciones sentiría mucha vergüenza, por eso no quiero participar para catapultar a ningún inepto a presidir la Generalitat, porque todos harían más o menos lo mismo, estando a la merced de los malditos mercados de los que se habla tanto estos días y de los especuladores de la bolsa y las entidades bancarias.

Estas elecciones son un escándalo intolerable en el que los políticos se ríen de los votantes como si fuésemos retrasados mentales. También dije muchas veces que el grado de idiotez y el de felicidad es directamente proporcional; pero si se han de reír de mí, prefiero que lo hagan por pasota y no por idiota, que es otra manera de ser feliz.

Dentro de veinticuatro horas comienza una nueva etapa para Catalunya, regresando al poder el caciquismo nacionalista, al que en el fondo lo único que le importa es la economía de sus amigotes y se la rempampinfla la cultura y la lengua, aunque utilizan todos los elementos posibles para engañar al pueblo. Para muestra basta saber que nuestro nuevo salvador habla castellano en su casa, tal vez influenciado por el monarca que habla inglés en la Zarzuela. ¡Vaya morro que tienen los que aman tanto a sus países! ¿A quién quieren engañar?

CONSTANTE

1 comentario:

  1. Despues de tan inutil dia para los gestores tripartistas la reflexion que se deben de hacer es la de cuando se van a casa y dejan el camino expedito para otros mas nobles y mejore gestores.

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