María do Ceo

Hoy es uno de esos días que no olvidaré nunca. Mi amigo Manoel Carrete, joven historiador gallego afincado en Barcelona, me invitó a un acto que se celebró en el auditorio de La Llagosta, organizado por el Centro Cultural Alborada de La Llagosta y la federación de casas regionales de Galicia en Catalunya, en el que homenajeaban a personalidades destacadas de la cultura gallega en Catalunya, como Basilio Losada Castro, que fue catedrático de filología galaico-portuguesa en la Universidad de Barcelona y otras de Estados Unidos y Europa durante sesenta años, así como a la poeta y también profesora Pura Salceda.

Pero lo que más me impresionó fue el recital de una cantante lusitana, nacida en Oporto y criada en Galicia, María do Ceo, que me erizó el vello y me hizo llorar de emoción con varias canciones. Su voz es tan dulce, cálida y timbrada que me dejó perplejo. Se oyen voces prefabricadas en programas de televisión y de hijos de famosos que dan ganas de olvidarse de la música para siempre; pero cuando tienes la oportunidad de disfrutar durante uno hora de una voz tal especial, quieres que el tiempo se detenga y no se acabe nunca. Cuando me dedicaba su noveno disco le dije que era un cielo en la Tierra y se la veía muy feliz al sentirse tan admirada y querida.

En uno de los comentarios anteriores dije que existe una España oficial y otra real. La oficial es la que nos muestran los medios de comunicación, pero la real es la que descubres cada día en actos como el de hoy, que no se pueden olvidar nunca.

Otra de las homenajeadas fue la Consejera de Justicia, Monserrat Tura Camafreita y cuando la saludé y le dije que me gustaría verla en el lugar de Montilla, me ignoró como a una mierda. Es lo que pasa con los políticos que van de humildes sin serlo, por eso las cosas le van como le van al PSC. Es lo que hay y lo que se merecen.

CONSTANTE