Cuando me vine a Catalunya en 1965 para trabajar en la construcción, conocí personalmente a los primeros andaluces y me hacían mucha gracia; no porque fuesen graciosos por naturaleza, sino porque se creían más listos que nadie y pensaban que todos los gallegos éramos tontos. De aquella época recuerdo larguísimas conversaciones con señores que habían pasado muchas calamidades, antes, durante y después de la Guerra Civil. Me contaban historias increíbles de señoritos que se creían dioses y abusaban sexualmente de las hijas y las mujeres aún jóvenes de los jornaleros, si estos querían trabajar. No sabía si creerles, pero todo era posible, porque aquello me recordaba las acciones de sus primos hermanos, los caciques gallegos.
Ahora Andalucía está en una encrucijada. El próximo domingo celebran elecciones y los electores pueden meter la pata si le dan la mayoría absoluta al Partido Popular, porque no se la merecen, especialmente el impresentable Arenas. Tampoco se la merecen los socialistas, por permitir tanta corrupción y tantísimo enchufismo durante treinta años. Lo positivo sería que sumasen mayoría el PSOE e IU, pues con éstos en el Gobierno no habría tanto desmadre y las cosas podrían comenzar a funcionar en aquella comunidad. Espero que no se repita lo de Extremadura.
En el caso de que el PP obtenga mayoría suficiente para gobernar, que no se equivoquen, porque la juventud actual no tiene nada que ver con la sumisa del franquismo. Está más preparada y es más culta, especialmente las chicas. Ya se habituaron a la libertad de forma irreversible y si allí la derecha y los señoritos quieren volver a las andadas es porque también tragarían en el resto del país, en este verdadero retorno a la esclavitud. Nuestra juventud, por suerte, gracias a la educación universal y gratuita, se ha uniformado mucho en todo el territorio nacional y ya no difiere una de otra aunque viva en comunidades tan diferentes como las del norte y las del sur.
Lástima que nadie creíble pueda decirles a todos los andaluces lo que les espera. Pero si gana la derecha, como no hay bien que por mal no venga y como sarna con gusto no pica, luego reaccionarán enérgicamente y espero que entonces contagien al resto del país ante esta situación tan dramática y lamentable.
Ayer he visto una entrevista a Joan Ridao en el canal 24 Horas y me pregunto por qué los políticos más lúcidos y preparados tienen que abandonar la política. Con los tontos que nos gobiernan actualmente no podemos ir a ninguna parte, por desgracia.
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