¿Por qué todo va tan mal?

Hoy han liberado a un tal Óscar en Italia, después de dos años de errores de las policías española e italiana y la justa Justicia. ¿Cómo es posible que hayan tardado tanto tiempo en darse cuenta del error, cuando el jefe de Óscar testificó siempre que era un trabajador que no había faltado nunca ni un día al trabajo? ¡Qué vergüenza! ¿Cómo podía delinquir sin salir de su pueblo del Maresme?
Hace unos días que la señora Cospedal obligó a su marido a renunciar como consejero de una importante empresa, para que no se le viese el plumero, dado que ella es una de las políticas españolas que más cobra. Que le aproveche cuando se muera. Y hoy nos enteramos de que Telefónica también quiere contratar para sus servicios jurídicos al marido de la hermosa, demagoga, hipócrita, cínica y ambiciosa Soraya Sáenz de Santamaría, Vicepresidenta del Gobierno. No sabemos si ella se lo permitirá o no, pero si renuncia qué va a hacer el señor Zaplana sin compinches como él en la cúpula de la compañía, cuando en este país de subnormales más de mitad de la población se pasa todo el día enganchada al teléfono y donde hay infinidad de familias que gastan más en teléfono que en comer.
Hoy también supimos que se han entregado en el Congreso cerca de 600.000 firmas, solicitando que la “Fiesta Nacional” sea declarada de interés cultural. ¿Cómo se le puede llamar cultura a eso que los fanáticos van a ver a las plazas para gritar olé ante un fantasma que sólo piensa en la fama y el dinero? No entiendo qué es lo quieren ver. Si lo que desean es que el torero sea pinchado por el toro, eso quiere decir que son unos sanguinarios salvajes y microcéfalos.
Ayer también quedó demostrado que el Real Madrid no sabe perder y que se cree con el derecho de ganarlo todo, como durante la Dictadura. Pero si quieren ganarlo todo, que aprendan a jugar al fútbol y no sean tan bestias. Suerte tienen de pertenecer a un país dominado por los fanatismos más tontos y así nos va.