Pujolandia

En mi primer libro dediqué unas páginas al déficit fiscal de Catalunya y a lo interesante que sería para nosotros la independencia. Transcurría la interminable etapa del senior Pujol, tiempo en el que ni por asomo se le ocurrió plantear lo que propone ahora la coalición gobernante.
Llegaron al poder contra todo pronóstico, gracias al Partido Andalucista que se presentó a las elecciones autonómicas de 1980 y le robaron muchos votos al PSOE y al PSC, que habían ganado por mayoría las elecciones generales en Catalunya en el 77 y el 79. Cuatro años más tarde, gracias a “la jugada indigna a Catalunya”, por parte del Gobierno central, contra los dirigentes de Banca Catalana, obtuvieron mayoría absoluta y casi se perpetuaron en el poder, creyéndose Pujol el dios de Catalonia. Es decir: Pujolandia. Pero como nada es para siempre, tuvieron que pasar casi ocho años por la oposición y gracias a la ineptitud de los dos tripartitos, volvieron al poder por la puerta grande.
No me creo del todo que estén convencidos de alcanzar la independencia de Catalunya, pues es difícil, perteneciendo a Europa. Pero intuyo que su estrategia es hundir en la miseria de una vez por todas al único partido que realmente tiene historia en Catalunya. Como los dirigentes inútiles actuales de Esquerra Republicana han prescindido de Joan Ridao, el mejor dirigente que tuvieron en toda su historia, “Conveniencia” y Unió aprovecha la avinentesa para ocupar estratégicamente su ideología y su espacio político y que esta formación sea sólo testimonial para nostálgicos en el futuro.
Con la elección de Oriol Pujol como Secretario General de “Conveniencia”, temo que será la continuación de la dinastía, en cuanto Mas tenga que dejar paso a gente más joven dentro de cuatro u ocho años.
En treinta años de democracia pasaron a la historia todos los políticos de Catalunya que coparon el poder político y económico al frente de numerosos partidos, desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha. Lo peor es que los de ahora son más inútiles que los de antes y habrá que engordarlos para que no les falte de nada mientras vivan y sean luego los más ricos del cementerio.
Con o sin independencia. ¡Visca Pujolandia lliure!