Cuando la economía española crecía más que en el resto de la historia del país, los sindicatos convocaron una huelga general al gobierno de Felipe González. Transcurría el año 1988, en la segunda legislatura socialista, más o menos a los seis años de mandato. El mismo tiempo transcurrió para que volvieran a convocar otra importante huelga al gobierno de Aznar y se repitió la historia con Zapatero un año antes de que abandonara el poder. Pero a Rajoy, como es el mejor de todos y hace todo lo contrario de lo que prometió en la campaña electoral, no han esperado seis años, ni siquiera seis meses, sino cuatro.
El 29 de marzo debería ser la huelga más importante de la historia de España y deberían paralizarse hasta los más trabajadores, aunque crean que tienen su puesto de trabajo seguro, porque en ninguna de las huelgas anteriores las cosas estaban tan mal como en estos momentos.
Sólo tengo la esperanza de que si los populares ganan las elecciones en Andalucía, sea precisamente en esa región sureña donde los trabajadores comiencen a reaccionar inmediatamente contra las medidas antisociales de la derecha y que contagien al resto del país, sino estaremos perdidos y abocados a retornar a épocas peores que en tiempos de la esclavitud o el feudalismo, donde los señoritos de ahora son los banqueros, los políticos y los que no saben que hacer con el dinero. Serán hijos de la gran puta.
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