El respeto y la vergüenza

Se dice que la envidia en España es una enfermedad nacional, pero por lo que se ve estos días en los medios de comunicación, también lo es en otros países y si no nos hacemos respetar nosotros mismos o las instituciones que nos representan, cómo van a hacerlo fuera de nuestras fronteras.
Con tantas sentencias absolutorias para corruptos y especuladores insaciables y la vergonzante inhabilitación de Garzón por querer meter en vereda a esos impresentables, que se creen con el derecho de apoderarse de todas las riquezas, siento vergüenza de haber nacido en este país.
Hace unas semanas me llamó un poeta gallego para preguntarme si habría alguna posibilidad de renunciar a la nacionalidad española y crear una comuna o asociación de indignados y defraudados de los políticos, a lo que le contesté que es imposible, cuando precisamente miles de jubilados nórdicos fijan su residencia aquí, especialmente en Levante y el sur de la península, debido a nuestro clima tan benigno. Luego reflexioné y me pregunté, ¿si los extranjeros, incluso los denominados sin papeles, tienen derecho a la sanidad pública y gratuita y sus hijos a ser matriculados en los centros educativos, por qué no podemos renunciar nosotros a la nacionalidad?
La verdad es que con los políticos inútiles que elegimos para que nos gobiernen, con la justicia manipulada por los jueces más corruptos del interminable franquismo, con la banca más usurera del mundo, con los especuladores más avariciosos, con los defraudadores y evasores de capital que les importa una mierda España, con todas las mafias que nombré el otro día, que nos amargan la existencia, y con la población más fanática de cosas tan estúpidas como el fútbol, además de ser la más ignorante, según informes y encuestas de la OCDE; la verdad es que dan ganas de quitarse uno del medio y creo que dejaré de sufrir por los desamparados patrios y de todo el mundo cuando me muera. Sólo entonces seré plena y eternamente feliz.
¿Qué hemos hecho los “españolesh” humildes y pobres para merecer esto?” ¡Lo que nos espera, a juzgar por las predicciones del salvador Rajoy! Por lo que dijo, se deduce que ya renuncia a todo lo prometido que no sea favorecer a sus amigotes de siempre. ¡Cómo tiene que ser!