Del dicho al hecho...

De la misma manera que en las campañas electorales todos los políticos mienten y prometen lo que saben que no van a cumplir, en las comparecencias de los ministros estos días en las comisiones correspondientes del Congreso, van desgranando sus intenciones, confirmando lo que todos los españoles deberíamos saber ya: que nos están engañando por enésima vez. ¿Cómo pueden ser tan mentirosos, cínicos e hipócritas? Si lo son es porque creen que somos tontos y en realidad lo somos.
Pero como hay varios tipos de ciudadanos, digamos: pasotas, confiados y tontos, estamos apañados. Los pasotas, que pasan de todo porque todo les da igual, como si fuesen idiotas; los que confían en los políticos, porque la esperanza es lo último que se pierde y los tontos de remate que les siguen votando, aunque sepan que les van a dar siempre por el culete.
También hay otras clases de ciudadanos: ricos y pobres en lucha constante, los unos por ser cada día más ricos y los otros por sobrevivir. Los primeros lo reconocen descaradamente y no entiendo por qué los desahuciados no les escupimos en la cara. Merecen ser despreciados, por no decir eliminados de este perro mundo; pues con ellos manipulando a los políticos no vamos a ninguna parte o vamos de mal en peor.