Gripe F

Este fin de semana comenzó la Liga de Fútbol y la mitad de la población española está encantadísima con la gripe F, que es peor que la A y la común. ¡Serán burros!
Cuando termina una liga, como sólo triunfan uno o dos equipos, el resto de los aficionados sufren y albergan la esperanza de que la temporada siguiente sea la del triunfo definitivo y vuelven a soñar ingenuamente despiertos.
Durante el verano los medios de comunicación no hablan de otra cosa que no sean fichajes multimillonarios, gracias a los imbéciles que pagan una barbaridad por ver un espectáculo tan aburrido. Puestos a elegir, si fuese obligatorio, yo preferiría gastar ese dinero en excitantes y esbeltas gacelas. Mientras tanto, los trabajadores sufren la parofobia y la crisis económica provocada por políticos inútiles y especuladores insaciables.
A partir de ahora y durante diez meses ya no se hablará de otra cosa: que si el Madrid o el Barça; que si Ronaldo o Messi y de la madre que les parió a todos. Pero lo peor es que a continuación, con el Mundial, tendremos más de lo mismo y vuelta a empezar. Es como el pez que se muerde la cola o el perro que da vueltas para morderse el rabo y resulta imposible hallar un descanso en paz, sin fútbol.
Tenemos a un cuarto de la población atontada con el fútbol, porque su coco no da para más; otro cuarto, de avanzada edad, que se desespera al ver cómo todo se va a la mierda, después de haber trabajado tanto; el otro cuarto, que son los que tienen más futuro por delante, no se quiere enterar de lo que se le viene encima, ni quiere estudiar porque se les obliga y si el trabajo les persigue, ellos son más rápidos; por eso se lían con el consumo de substancias ilegales para desconectar y quedar tarados para siempre, con lo que hacen sufrir lo indecible a sus familiares y el entorno. Del resto de la población, una minoría se obsesiona en doblar sus riquezas cada día, sin importarle en absoluto lo que ocurre a su alrededor, como si no les esperase la tumba al final de la carrera y unos pocos, observan, estudian y ven con desesperación que esta sociedad ya no tiene arreglo posible. Queridos paisanos, así no se puede ir a ninguna parte, como no sea al caos irreversible.
Visto lo que hay, creo que lo mejor de todo es echarse la manta a la cabeza, fornicar todo lo que se pueda, que es el deporte más emocionante y sano de todas las relaciones humanas y a vivir que son dos días. Si se globalizó tanto la estupidez humana y no tenemos solución, lo mejor es aplicar aquello de: para lo que me queda en el convento… Y si el gato mea fuera y la abuela fuma, a tomar por el culo la bicicleta.
Toyata los webs de este país.

CONSTANTE