Okupas

Ayer sentí vergüenza al ver lo mal funciona la justicia en este país.
Un matrimonio mayor que regresaba a su casa después de permanecer una temporada cuidando a un familiar, se encontró con la cerradura de la puerta cambiada y no pudieron entrar, porque su casa de toda la vida había sido ocupada por unos anarquistas vividores. Denunciaron el caso a la justicia, pero ésta, incomprensiblemente se inhibió y los propietarios del inmueble se quedaron en la calle.
Yo estoy de acuerdo con los ocupas, pero debemos distinguir las dos clases de ocupas que hay: los perros que no quieren trabajar nunca y creen que se lo tienen que dar todo hecho y los que desean hacerlo, pero no les contratan y tienen que ocupar viviendas vacías, para no vivir en la puta calle.
A los primeros, ni pan ni agua, pero estoy de acuerdo con los ocupas del segundo planteamiento, especialmente cuando ocupan viviendas de individuos que poseen varias por pura especulación. En las últimas décadas, muchos buitres carroñeros que se creen que no van a morir nunca y que el sol sale exclusivamente para ellos, han invertido en viviendas, porque creían que era una forma rápida de enriquecerse. No se puede tolerar que mientras esa lacra de especuladores insaciables tienen varias o muchas viviendas vacías, los desgraciados no tengan dónde caerse muertos.
Los legisladores deberían promulgar leyes que les obliguen a alquilar sus viviendas vacías o expropiárselas, para alquilarlas desde un organismo creado para tal objetivo y ya verían como bajarían los alquileres; pero para eso hay que tener agallas y nuestros gobernantes las tienen sólo para subirse sus sueldos y permitir que bajen los de los demás. No se puede tolerar que por una vivienda que costó un millón de pesetas hace treinta o cuarenta años se estén cobrando entre 500 o 1000 € mensuales, según las ciudades, lo que equivale prácticamente a la mitad de los ingresos actuales de un matrimonio mileurista. Otra cosa distinta sería si los alquileres fuesen el 25% del salario de un trabajador cualquiera, como ocurría en los años 60 y 70.
No sé a qué esperan las parejas jóvenes para ocupar todas las viviendas vacías; eso sí, siempre dispuestos a pagar lo justo y comprometiéndose a respetar los inmuebles y sus instalaciones. Y si a esos les castigara la justicia, que ocupen las instalaciones municipales, autonómicas o del Estado para hacer reaccionar a las autoridades, que parecen estar siempre a favor de los ricos y poderosos. ¡Malditos sean! Por ser tan inútiles, por hacerlo tan mal y por permitir lo que permiten.

CONSTANTE