Gorras y velos

Los medios de comunicación nos repiten cada día hasta la saciedad los problemas que provoca la naturaleza del planeta y los que crean los políticos inútiles que nos gobiernan, con sus decisiones irracionales y absurdas.

También se oye hablar reiteradamente de otros temas que parecen insignificantes, pero no lo son en absoluto. La libertad es un bien muy preciado, pero si los miembros de los cuerpos de seguridad del Estado descubren sus cabezas al entrar en un recinto cerrado, me pregunto por qué hemos de permitir que algunos inmigrantes chulillos y otros nativos tontillos entren en clase con sus ridículas gorritas, intentando con sus grotescas jetas parecerse a los ñetas. Caso aparte es la desgracia de las niñas musulmanas que carecen de libertad y llevan el velo por tradición, porque sus padres no están por la labor de la integración, sino todo lo contrario. Ante la ley, deberíamos ser todos moros o todos cristianos y acabar con las contemplaciones demagógicas de los políticos por puro electoralismo.

Esto ocurre en este país ingobernable porque no hay criterios establecidos por ley desde el Ministerio de Educación, las diecisiete consejerías autonómicas y ayuntamientos. Por otra parte, están los consejos escolares de los centros educativos que se dejan llevar por las circunstancias, creando conflictos patéticos y extravagantes, cuando lo único que nos debería interesar a todos es la formación y la educación de los alumnos, que va de capa caída en los últimos años.

Yo acostumbro a mirar mucho al norte y creo que deberíamos aplicar lo de las barbas del vecino, donde ya tienen resuelto el problema y zanjado el tema, mientras aquí mareamos la perdiz constantemente sin buscar soluciones, yendo siempre a remolque de los países más avanzados.

¿Por qué somos tan diferentes?

CONSTANTE