Vídeo conferencias

He denunciado en mis últimos seis libros la cantidad de gentuza que viaja continuamente para disfrutar de los placeres de la vida y volví a hacerlo en el comentario de ayer, dedicado al caos aéreo europeo, cuando la mayor parte de esos viajes podrían sustituirse por vídeo conferencias.

Curiosamente estos días, ante los problemas para viajar, miles de políticos y ejecutivos de todo el mundo han recurrido a esa nueva tecnología, para solucionar los problemas de funcionamiento de sus instituciones o empresas. ¿Y porqué no lo hacen más a menudo? Porque si lo hicieran no podrían disfrutar de los placeres mundanos, como albergarse en lujosos hoteles, comer en los mejores restaurantes y realizar orgías sexuales impresionantes, incluso con niñas en paraísos sexuales.

Otro objetivo de tanto viaje es para dilapidar parte de los beneficios de las empresas, para no pagar tantos impuestos por los desorbitados dividendos de las mismas, así como para no distribuirlos entre sus productores, los que parecen no tener derecho a la vida.

Estos días se está proyectando en muchos cines españoles la película “Up in the air” en la que el protagonista, interpretado por George Clooney denuncia el enorme despilfarro de su compañía, dejándole disfrutar de la vida viajando despreocupadamente por todos los Estados Unidos, en coches de alquiler, pernoctando en los mejores hoteles y de aeropuerto en aeropuerto; sabiendo que prácticamente todo lo que hace podría realizarlo desde su propia oficina por medio de vídeo conferencias.

¿Por qué funciona tan mal el mundo si es tan fácil hacerlo funcionar bien? Como todo depende de la voluntad de los vanidosos y demagogos políticos que se dedican a ese menester, lo tenemos claro y podemos esperar sentados. No sé cómo podemos tener tanta paciencia.

CONSTANTE