domingo, 16 de enero de 2011

Ansar

Recuerdo una vez más la anécdota ocurrida en el Palacio de la Moncloa en la primavera de 1996. Estaba Ana Botella disfrutando de la vista nocturna de los jardines a través de un gran ventanal cuando vio pasar un fantasma. Entonces se giró y le dijo a su hijo que estaba en el interior:

-Cariño, mira si está tu padre en el despacho.

Menos mal que ellos eran muy humildes y no querían ir a la Moncloa. Fraga había fracasado, lo mismo que Hernández Mancha, pero al fin llegó el salvador del país, gracias a su traición a Demetrio Madrid en Castilla-León y desde que abandonó el poder nos tiene acostumbrados con demasiada frecuencia a soltar memeces, declaraciones incongruentes, hipócritas y demagogas, con las que intenta desprestigiar al gobierno actual, a nuestra economía y al país en general; como un verdadero cretino y horripilante freaky. Supongo que las personalidades y los organismos internacionales que pueden influir y colaborar para que nuestro país salga de la crisis ya le conocen bien y no le harán ni puto caso, pero es una vergüenza que un ex presidente actue así para que España se hunda aún más en la miseria y llegue cuanto antes al poder el inútil que él eligió a dedo para ocupar su lugar. ¡Toma democracia!

Gracias a WikiLeaks nos hemos enterado que dijo que si algún día veía a España desesperada no tendría más remedio que volver a la política. Por favor, señor Ansar, no necesitamos salvadores, por muy inútiles que sean los que nos gobiernan ahora. Dedíquese a cobrar millones como consejero de grandes empresas como Endesa o como presidente de la FAES (fachas españoles) pues no le necesitamos ni queremos ver su careto nunca más.

Ruego a las televisiones españolas que se abstengan de poner las imágenes de ese individuo tan mediocre, prepotente, patético y vanidoso, cuando suelta semejantes paridas, o que al menos lo hagan en horas que no le puedan ver los niños para que no tengan pesadillas por la noche. Hay que ver la mala imagen que tiene el tío y lo repulsivo que resulta. Parece mentira que haya sido presidente ocho años y siga creyendo que ha sido el mejor, cuando es el más estúpido de los once millones de cuidadanos que votan a esa formación política, entre los cuales hay desgraciadamente varios millones de trabajadores; añado esto por redundar en lo que dijo el año pasado el presidente de la FEM.

¡POBRE PAÍS!

CONSTANTE

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