Enfermedades de los humanos

Desde que apareció la vida en nuestro planeta nunca hubo tantas enfermedades como en la actualidad, aunque gracias a la ciencia y a la medicina casi todas se pueden curar.

Desde que existen los humanos han fallecido miles de millones de seres debido a enfermedades de todo tipo, pero hay fenómenos contra los que no podemos luchar, como por ejemplo las reacciones naturales del planeta. Pero desde que se implantó la industrialización suenan mucho la contaminación de tierra, agua y aire, lo que conlleva al efecto invernadero, al cambio climático y a las consecuencias del niño y la niña. Esto acarreará muchísimos problemas de cara al futuro inmediato y si la población sigue creciendo como en el último siglo, ya se pueden ir preparando las generaciones venideras para sobrevivir en un planeta con los recursos agotados.

Existen otras enfermedades que son verdaderas aberraciones producidas por el hombre, como las guerras provocadas por religiones, razas, nacionalismos y por la ambición desmesurada de individuos insaciables de poder y dinero. El vicio del tabaco es otra enfermedad que las autoridades tratan de remediar prohibiendo fumar, pero permiten el negocio del mismo para recaudar impuestos, aunque vaya lo comido por lo servido. Las propiciadas por las drogas fuertes y el alcohol aún son más demoledoras, por no reflexionar. A los malos hábitos de vida en cuando a estos vicios y a la alimentación inadecuada si añadimos la falta de ejercicio y el hedonismo, provocan enfermedades cancerígenas y cardiovasculares irreversibles. Otra enfermedad derivada de la estupidez humana son las muertes que producen los individuos estúpidos que sólo tienen prisa y matan en las carreteras a miles de personas inocentes. Cáncer, corazón, circulación; la triple C.

Hay otras enfermedades específicas del ser humano, como las aberraciones sexuales. Raro es el día que no se oye hablar de casos de pederastia o pedofilia en todo el mundo. Menos mal que somos la especie animal más evolucionada, sino estaríamos perdidos. Por eso a veces me avergüenzo de ser humano y me considero un animal. Si todos actuásemos como los animales, el equilibrio de la naturaleza sería perfecto. En cambio, con nuestra “superinteligencia” lo estamos echando todo a perder; todo por culpa del maldito dios dinero.

¿Qué tendrá el dinero, que casi todo el mundo está dispuesto a trabajar por él y algunos lo quieren todo para ellos? Es otra enfermedad, como la envidia.

CONSTANTE