Ahora se dice que Juan Pablo II curó el parkinson a una religiosa y no es verdad. Todos sabemos que el cerebro y la mente humana es la maravilla más extraordinaria de la naturaleza y que la misma Iglesia rechaza en principio todos los casos de milagros, porque saben que no se producen tal como se suele pensar. Sólo en casos en que la ciencia reconoce que no encuentra explicación coherente a ciertas curaciones asombrosas, entonces admite que puede ser un milagro, porque les conviene aunque no se lo crean.
Nuestro inconsciente es prácticamente incontrolable a la voluntad y posee unas facultades extraordinarias, tanto para lo bueno como para lo malo. Por ejemplo, cuando una persona con gran poder mental desea un mal a otra persona débil, le puede afectar o llegar incluso a matar. Por el contrario, cuando el inconsciente de una persona reacciona positivamente ante la creencia obsesiva de que va a curarse del mal que afecta a su cuerpo, puede salvarle inexplicablemente, siempre que no esté a punto de fallecer y ya no tenga capacidad de reacción posible.
Todo esto forma parte de la tradición cristiana y la pompa y la parafernalia eclesiástica. Por mí como si quieren llenar el inexistente cielo de beatos y beatas, de santos y santas, de ángeles y arcángeles, de dioses y diosas; mientras tanto yo procuraré disfrutar en vida todo lo que pueda con las mujeres que algún día fueron vírgenes.
¿Por qué somos tan fáciles de engañar y manipular?
CONSTANTE
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