Diarrea mental

A juzgar por lo que he visto hoy en un informativo, parte de la población de este país sufre diarrea mental. Ya hace tiempo que un lumbreras inventó una pulsera de un plástico cualquiera, asegurando que cura algunos males, atenúa muchos dolores, que facilita la función sexual, la conciliación del sueño y un sin fin de cosas más.

Hay que ser tonto de capirote, más corto que las mangas de un chaleco, ingenuo o ignorante para creerlo. Tal vez se deba a la carencia de educación y cultura y nos creemos la publicidad falsa y engañosa que vomitan incesantemente cada día todos los medios de comunicación, que debería estar prohibida por los organismos públicos correspondientes y no permitir la venta del ridículo producto, para que los espabilados no se forren ni se cachondeen de los que sufren la citada diarrea.

¿Es que no saben que existe el efecto placebo y la autosugestión, con lo que tienen la sensación de que se sienten mejor, cuando en realidad la raíz del mal permanece y permanecerá siempre, si no se recurre a la medicina natural, a la tradicional o la cirugía? Es una verdadera pena que nos dejemos engañar con tanta facilidad, con la que está cayendo.

Pero ya se sabe, en el país de la picaresca el que no corre vuela y mientras los listos vuelan por las alturas en primera clase, los desgraciados se arrastran por el suelo dejándose pisotear. ¿Cuándo vamos a espabilar? ¡Joder!

CONSTANTE