Los medios de comunicación de todo el mundo nos están metiendo hasta en la sopa el rescate de los treinta y tres mineros chilenos. Es tan emocionante, según dicen, que incluso piensan realizar una película, como en el caso del avión uruguayo caído en los Andes en las navidades de 1972. Los casos no tienen nada que ver y dudo que a alguien le interese volver a ver estas escenas interpretadas por actores, después de tanta información en directo.
De vez en cuando también nos informan de los millones que se han tenido que desembolsar para realizar esa proeza y me pregunto: ¿Por qué no han dedicado parte de ese dinero a temas de seguridad en las minas y nos hubiésemos ahorrado trescientos muertos en la última década, solamente en Chile? De los que sólo se acuerdan sus familiares.
Pero las minas son negocios en los que explotan los recursos naturales y a los trabajadores que no tienen otro remedio que jugarse su salud y sus vidas en ellas, cuando para las empresas lo único que cuenta son los beneficios. Por eso me pongo de mala leche cuando veo que se acuerdan de Santa Bárbara cuando truena y que dentro de unos meses se volverán a explotar las minas y a los trabajadores, olvidándose como siempre de su salud y su seguridad.
¡Joder, qué mundo!
CONSTANTE
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Más información en http://www.irisfanclub.com