A todo el mundo le interesan las bolsas: Los cochinamente ricos y especuladores sólo piensan en la bolsa, por si sube o baja, según sus intereses; como si no fuesen a morirse nunca y el sol saliese exclusivamente para ellos. ¡Qué alegría me entra cuando se mueren! Que es justo cuando son buenos para todos, porque nadie se atreve a decir lo que siente y piensa de verdad.
A la mayoría de los humanos le preocupa la bolsa de la compra, porque por su carestía cada día se complica más para los desgraciados. Encima los distribuidores de alimentos los manipulan y reproducen en infinidad de variedades para multiplicar sus beneficios. Lo curioso es que casi nadie protesta ante este descomunal abuso de comerciantes e intermediarios, cuando los productores están pasándolo mal.
Otra bolsa que preocupa sobre todo a los ecologistas es la bolsa de la basura. Recuerdo que hace cincuenta años en mi tierra no pasaba el camión de la basura, ni falta que hacía, porque se cosechaban en el campo casi todos los productos que se necesitaban y los manufacturados eran envasados en papel o cartón, que se eliminada en el fuego. Pero llegó la modernidad, el consumismo salvaje y el indestructible plástico, que puede permanecer entre nosotros toda la vida. Resulta curioso ver lo pequeña que es la bolsa de la compra aunque sea para varios días y la basura que se produce llenando bolsas mucho más grandes. Es decir: estamos pagando más por ciertos envoltorios que por el producto.
Es raro el pueblo o ciudad en todo el mundo que no haya tenido problemas de recogida de basuras en momentos determinados. Pero ya nos hemos acostumbrado a vivir entre la mierda y nos va a comer si no aprendemos de las formas de vida de antaño en plena naturaleza. A juzgar por los conservantes, colorantes, edulcorantes y todas las porquerías químicas que las autoridades sanitarias de
CONSTANTE
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