La Reinita del Carnaval

Desde la perspectiva que da el tiempo vivido, he llegado a la conclusión de que la raza humana es la especie animal menos evolucionada, aunque nos empeñemos en pensar lo contrario.
Si de los animales dependiera, el equilibrio ecológico en la Tierra hubiera permanecido perfecto para siempre. Pero desde que el hombre entró en acción hace unos cuarenta mil años, lo echó todo a perder, debido a los siete pecados considerados capitales.
No hace muchos siglos el sexo era algo normal en las relaciones humanas y se abusada de niñas y niños de corta edad, incluso entre los mismos familiares. Gracias a la educación, ahora eso está muy mal visto para la mayoría de los humanos bien criados, pero aún hay demasiados individuos que piensan con el pene y andan obsesionados con el sexo con adolescentes.
Trabajando a lo largo de cincuenta años con hombres de toda condición y edades, tanto en la construcción como en el mundo de la enseñanza, he conocido a miles de individuos, desde los más incultos y vulgares hasta los más educados y refinados. Cuando venía a cuento y les preguntaba en confianza si les gustaría tener una experiencia sexual con una niña, más de 50% respondían que sí, que a quién no; llegando a la conclusión de que hay más pederastas de lo que parece. Menos mal que es los países considerados avanzados hay leyes que protegen a la infancia, sino estaríamos perdidos.
Hace unos dos días vi en la televisión que en los carnavales de Río de Janeiro pretendían elegir como reina a una niña de siete años. Entonces pensé que así sería y así fue. Cuando hoy se confirmó la elección de la niña como reina del multitudinario evento se confirmaron mis tesis de que no tenemos arreglo. Parece que ya no excita una hembra despampanante meneando las caderas y los pechos y tiene que ser una niña inocente, vestida como una mujer, para alimentar la libido de enfermos mentales y degenerados.
Es una vergüenza que sus padres y las autoridades del país que está llamado a ser una potencia económica mundial en las próximas décadas lo hayan autorizado.
Este año han repartido millones de preservativos en Río y estoy seguro que si miles de hombres tuviesen la oportunidad de acostarse con la reinita, pagarían millones. ¿Creéis que así vamos bien?

CONSTANTE