Ricos y pobres

Alguna gente suele decirme que soy un hombre afortunado y no sé por qué. Será porque no tengo tiempo para ver la televisión. Por razones de horarios, sólo la veo media hora al día coincidiendo con las dos comidas y después de cenar prefiero escribir, escuchar noticias en la radio o música.
Ayer al mediodía me sacó de quicio un señor que llamó por teléfono a un programa de televisión, donde hay unos tertulianos completamente divididos entre los partidarios del Gobierno y de la oposición. El individuo dijo que no podríamos vivir si no hubiese ricos, que son los que invierten para que podamos trabajar los desgraciados.
¡Será hijo de su madre! Cómo puede decir eso si sabemos que si por ellos fuera tendríamos que estar todos pidiéndoles limosna cada día. Quieren ser cada vez más ricos y multiplicar su poder económico, como si no fuesen a morirse nunca o el sol saliese solamente para ellos. La culpa es del Gobierno por no poner límite a sus beneficios y permitir lo que está ocurriendo en España por primera vez en la historia: que los jóvenes tengan que estar toda la vida hipotecados para adquirir una mísera vivienda o vivir de alquiler en una desvencijada construida hace más de medio siglo. Pero sobre todo, es culpa de los apollardados que tienen unas tragaderas enormes y no reaccionan aunque les den con un palo de teléfono sin vaselina.
Estos días los políticos se están culpando unos a otros de la falta de acuerdos para salir de la crisis, pero es imposible si unos quieren perpetuarse en el poder y los otros lo quieren alcanzar a toda costa, importándoles una mierda los más de 4.000.000 de parados y que el 30% de las familias estén en umbral de la pobreza o el 60% que no lleguen a fin de mes.
Yo les podría decir cómo salir de la crisis si me llevasen a un foro adecuado, donde me escuchase todo el país, pero no lo voy a decir aquí, si sólo me leen dos o tres amigos. No desvarío, no. ¿Para qué está el poder Legislativo y el Boletín Oficial del Estado en caso de emergencia como ahora?
Sigamos tragando y sufriendo mientras ellos disfrutan de las mejores orgías sexuales y otros placeres mundanos y démosle las gracias por permitirnos vivir.

CONSTANTE