¡Viva Pepiño!

Cada día que pasa tengo menos deseos de leer, ver o escuchar las noticias, para no ver como España se hunde en la miseria.
El país está lleno de chulos, prepotentes, fantasmas, fanfarrones, fantoches, degenerados, pederastas, delincuentes, asesinos e hijos de puta que se creen que no van a morir nunca, porque sólo piensan en el maldito dinero.
Menos mal que alguna vez se escucha de refilón a algún ministro, como a Pepiño Blanco, que intenta meter en vereda a la mafia de chulos controladores aéreos. ¿Cómo no han intentado pegarles el palo antes? ¿Cómo pueden cobrar el doble que los europeos y que el tráfico aéreo en este país sea un caos cada vez que a ellos se les antoja? Dije hace un mes que habría que contratar controladores europeos y ahora añado que incluso del ejército, que al menos harán algo. Pero no sólo deben obligarles a trabajar más horas y menos remuneradas, sino no permitirles ir turnando las bajas para que todos puedan hacer horas extras remuneradas a precio de oro. Si de mí dependieran les ofrecería una paga similar a la de un ministro, que ya es demasiado, no les jubilaría con pensiones astronómicas hasta la edad reglamentaria como todo hijo de vecino, o les dejaría en la puta calle como a los mileuristas que no rinden o no quieren ser explotados en las empresas privadas.
Pero también habría que darles el varapalo a los directivos de las grandes empresas, tanto públicas como privadas, que a pesar de ser los menos eficientes de la OCDE, son los que más cobran; a los banqueros, cajeros, toreros fantasmas, futbolistas y deportistas famosos, grandes artistas, colegios oficiales de todo tipo de actividades, como notarías, que son otra mafia insostenible e intolerable, a los mismos políticos y a la mayoría de los altos cargos, consejeros y asesores, que no dan palo al agua en todo el año y cogen demasiadas bajas por vagos.
España no puede seguir así ni un año más si no queremos ser el hazmerreir del mundo. Asalariados, ya está bien de poner la otra mejilla y acojonarse por todo, como si fuésemos idiotas. ¿O es que sarna con gusto no pica?

CONSTANTE