Chicas rusas

Hoy he tenido una conversación con una chica rusa y me comentó los problemas que tienen sus compatriotas para abandonar su país, especialmente para venir a la Unión Europea. Los gobiernos de la UE no están por la labor de recibir más inmigrantes de la antigua Unión Soviética, porque ya no saben qué hacer con ellos.
Esto ya lo había leído esta semana en un artículo de Garry Kasparov, donde explica que mientras Moscú amordaza, dirigentes europeos estrechan vínculos con Rusia y son cómplices de Vladimir Putin, y en otro de The New York Times, donde explican la montaña de papeles que han de presentar para obtener los visados correspondientes para viajar al extranjero. Y en caso de que lo intenten como turistas tienen que demostrar tener una suculenta cuenta corriente.
La historia nos recuerda que Hitler quería lograr una raza aria alemana para conquistar el mundo. Las mujeres rusas sí son una raza aria especial: son altas y esbeltas, bellas y atractivas, dulces, románticas y soñadoras, amantes de la familia y los hijos, trabajadoras, leales, cultas y educadas; tal vez porque su territorio no ha recibido multitud de invasiones como los países mediterráneos.
Lo peor de todo es que estas chicas se encuentran en su país sin ninguna perspectiva de futuro. Cuando aún suenan los ecos de las postrimerías del fracasado comunismo, debido a tanta burocracia y a la maldita corrupción, ahora aún están peor que antes, porque vuelven a tener cercenada la libertad, incluso los medios de comunicación y ya no hay clase media, estando todo dominado, controlado y manipulado por mafias que se enriquecen más cada día, en detrimento de la clase trabajadora, que vive prácticamente en la miseria.
Si a todo esto añadimos la insaciable corrupción actual de los funcionarios públicos, la mayoría de las hermosas chicas se encuentran atadas de pies y manos a merced de hombres borrachos y machistas que no las respetan ni las protegen.
Inexplicablemente se cree que hay en Rusia más de cuatro chicas casaderas por cada chico. Por eso no me extraña que miles de jovencitas deseen salir de allí agarrándose a un clavo ardiendo si es necesario. Es una lástima que todas esas jóvenes no tengan libertad para viajar.
Todo esto puede comprobarse en las numerosísimas páginas de Internet, donde aparecen miles de chicas y no hay ni tan sólo una fea. Hagan la prueba buscando en “chicas rusas”.
Qué suerte tienen los babosos millonarios de Occidente, donde pueden disfrutar de chicas tan maravillosas, gracias al dios dinero.
Creo que se debería dar libertad total a estas hembras monumentales, para que invadan todo el mundo y engendren calidad humana para mejorar la especie, que buena falta hace, pues va de capa caída en las últimas décadas.

CONSTANTE