La suerte de los persidentes

A Suárez le tocó lo más complicado: desmontar el franquismo al que pertenecía y restaurar la democracia. A González le tocó una crisis interminable, así como el crecimiento más espectacular de la economía española en toda su historia y el declive debido a la corrupción y otros casos oscuros. A Aznar le tocó la etapa de crecimiento más descontrolado, que nos condujo a la actual situación y a Zapatero le tocó una legislatura buena y la peor, por eso perdió el PSOE.

No me extraña que hayan perdido, porque si en el Partido Popular hay muchos impresentables, demagogos, cínicos, hipócritas, prepotentes y corruptos, en el PSOE no debió haber nunca personajes como Pepiños, Pajines, Tontillas, Bonos, CaZerolos, ni tantos corruptos, por muy amigos que fuesen del Presidente; pues la inutilidad y el derroche a la larga se paga en las urnas, sabiendo que no es ético en la izquierda y que los electores no les perdonan como a la derecha insaciable y protectora de los ricos, gracias a los trabajadores tontos que les votan.

Hemos tenido de todo, pero el que ha tenido más suerte sin lugar a dudas fue Aznar, siendo el más mediocre, inepto y dictatorial. Ahora al nuevo Presidente le toca bailar con la más fea y ya puede prepararse si quiere salir airoso. Ya era hora de que gobernaran durante una grave crisis para que nos demuestren lo valiosos que son, porque una cosa es predicar y otra muy distinta dar trigo, por lo que no se cansarán de justificarse recordándonos cada día la herencia recibida.

Hoy se reunió el Comité Federal del PSOE para reconocer la derrota histórica y planificar el congreso de febrero. Espero que en éste aparezca gente nueva y preparada, que la tienen, como Eduardo Madina, y que jubilen a los ya quemados, unos por inútiles y otros por tontos, aunque repito que me gustaría que el crack Rubalcada continuase como jefe de la oposición, como secretario general o portavoz del partido en el Congreso, para que machaque y ponga en ridículo al Presidente, porque es lo mejor que tenemos y no deberíamos prescindir de él ni debería jubilarse. Y si desde el PP le critican porque le creen viejo, que recuerden hasta cuando soportaron a Fraga en el Senado, que quería morir con las botas puestas como los del Séptimo de Caballería.