lunes, 7 de noviembre de 2011

Películas, colores y presidentes.

Sólo los muy jóvenes no recuerdan las películas “El bueno, el feo y el malo”, de los años 70 y “Del rosa al amarillo”, años 80, o a los presidentes Suárez y Calvo-Sotelo. Por distintas circunstancias, tampoco estos dos personajes pueden recordar lo que hicieron: La Transición o la entrada en la OTAN por la puerta trasera y el café para todos, por lo que el primero fue considerado bueno y el segundo, serio. Luego llegó el mejor para teñir España de rojo en 1982, no con el fuego y la sangre del 36, que nos introdujo en una época negra interminable de cuatro décadas.

Los años de crecimiento económico y modernización del país llegaron por fin después de una tremenda crisis y como Fraga no vencía al mejor, nombró un sustituto que también fracasó en el intento, hasta que recurrió al más astuto y mediocre de todos, el feo: vanidoso, prepotente, creído, hipócrita y cínico, que venció a González en el tercer intento y se creyó nuestro salvador. Precisamente Fraga recurrió a él porque fue el primer aliancero popular que había ganado con trampas a los socialistas en Castilla-León. Debido a la corrupción, no permitida ni tolerada a políticos de la izquierda, y al caso GAL, llegó el declive del socialismo.

Con la economía ya en marcha después de la llevadera crisis de los 90, con Aznar en el poder llegó la especulación y la corrupción insaciable, hasta dejar al país hipotecado para varias generaciones. A la hora de elegir “democráticamente” a su sustituto, señaló al más inútil, para poder regresar él al poder por la puerta grande en caso de necesidad cuando su pupilo fracasara. Con razón se descubrió en WikyLeaks su frase genial: “Si alguna vez veo a España en una situación desesperada no tendré más remedio que regresar a la política”. Lo que hay que oír.

No se sabe a ciencia cierta qué fue lo que pasó, pero gracias al atentado del 11-M o al atontado que estaba en La Moncloa, llegó al poder el malo; con él que se avanzó mucho en temas sociales en su primera legislatura, sino no se explicaría cómo había manifestaciones cada mes contra las leyes progresistas, en las que también participaba la curia episcopal y otros poderes fácticos.

Como eran todos tan iluminados, unos y otros se creían que no llegaría nunca el batatazo del ladrillo, sin cuya aberración apenas notaríamos la crisis actual y ahora le toca pagar los platos rotos a Rubalcaba, el que sería, sin lugar a dudas, el mejor presidente de la democracia. Después del debate de esta noche, cuando todos los medios de comunicación den por vencedor al peor, que llega al poder sin pegar un palo al agua, porque es más corto que el rabito de una boina vasca, pasaremos del rojo total de hace 29 años al azul actual, no del rosa al amarillo como en la película de Garci. Recuerdo que pinté en la calle Burgos de Mollet en aquella campaña del cambio un enorme rótulo que rezaba: “NO VOTES A LA DERECHA QUE TE EXPLOTA, QUE SARNA CON GUSTO NO PICA. PROPICIA EL CAMBIO VOTANDO EL PSC-PSOE”, pero ahora ya no hace falta que me esfuerce ni sufra, porque no hay nada qué hacer, cuando millones de bobalicones trabajadores votan a la derecha más arcaica, reaccionaria y corrupta, no hay más que mirar a Valencia, como si ellos quisieran hacer lo mismo si pudieran, por eso les admiran. Si en los últimos años nos hemos tenido que apretar el cinturón, a partir del día 20 nos vamos a cagar patas abajo. Los creyentes irracionales ya podéis rezar para que no intenten clonar a Franco, al que siguen admirando, adorando y recordando. ¡Qué pasada de país!

Lo dicho: hemos tenido un presidente BUENO, uno SERIO, el MEJOR, el más FEO, el MALO y ahora tendremos al PEOR, en un nuevo cambio que nos llevará de Guatemala a guatepeor. ¿Por qué tienen que llegar a la cúpula de la mayoría de las instituciones los políticos más inútiles y por qué hemos de pasar del rojo total al azul del antiguo Movimiento Nacional? Esto sólo se concibe en un país inculto, irreflexivo y fanático. Con razón decían que España es diferente. Nos va la marcha y no tenemos arreglo. Si ahora nombran a unos cuantos ministros del OPUS, como en tiempos de Franco, que Dios nos pille confesados. ¿Qué quién es Dios para ellos? Quien va a ser: el maldito dinero. Si el mayor mal de los males es bregar con animales, soportar a estos hijos de perra, a los que sólo les interesa su dios, es lo peor que le puede ocurrir a la Humanidad. ¡Viva la especulación, la corrupción y los mercados y sigamos viéndolas venir! ¡Votadles y sed felices! Por favor.

CONSTANTE

1 comentario:

  1. ¡Siempre es reconfortante leer comentarios como los tuyos, donde se habla alto y claro! No están los tiempos que corren para remilgos. ¡Sigue así! Don't change!!

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