La televisión y yo

Cuando se implantó la televisión en España contaba yo once años y deseaba que instalaran enseguida el repetidor de Santiago para poder disfrutar de este interesante medio, que no llegó hasta casi mediados los 60. Era un gran acontecimiento y la veía todo lo que podía, porque era como una ventana abierta al universo para ver lo que ocurría más allá del horizonte cercano y suplía la falta de oportunidades para adquirir cultura, conocimientos y tener una visión general del mundo en que vivíamos.

A pesar de la censura, en los primeros años fue muy didáctica y entretenía mucho, pero los años fueron pasando, llegó el color y una década después se multiplicaron los canales y más que mejorar la programación, empeoró y se volvió insoportable con tan publicidad engañosa, dando la sensación de que vivimos en un país maravilloso, sin serlo.

Cuando a alguien se le ocurrió que las cadenas estatales no deberían emitir publicidad me encantó, aunque me fastidie que sus elevadísimos gastos salgan del erario público, pero vale la pena, porque se pueden ver programas sin interrupción publicitaria y es de agradecer, por lo que personalmente creo que he vuelto a los años 70 y 80 al ver las mismas cadenas de antaño, sin saber ni siquiera lo que programan en las demás, como en la tele de Belén Esteban y otros personajes impresentables.

El pasado viernes me sorprendieron en la 1 con un programa especial, que no me interesaba para nada, pero no dejé de ver las actuaciones de cantantes actuales acompañando a otros artistas ya fallecidos y técnicamente las han bordado, sobre todo la de Lolita y Antonio Flores, aunque fuese la canción que menos me gustó. Con ese programa me demostraron que vale mucho la experiencia de cincuenta años y creo que deberían sorprendernos más veces con programas como ese en directo, sin trampa ni cartón, donde los artistas puedan demostrar que lo son de verdad y no productos de las discográficas y las cadenas de radio.

Felicito como todo el mundo a los informativos de TVE, aunque los veo demasiado reiterativos en 24 Horas, especialmente a la segunda cadena. Si los centenares de canales que puedo ver, incluyendo dos parabólicas, fuesen como ella, los españoles no seríamos tan ignorantes y no nos manipularían con tanta facilidad. Comamos mierda de perdices y seamos felices.