lunes, 1 de marzo de 2010

A la memoria de Alba y Antonio

En treinta y tres años vinculado al instituto, he conocido cerca de 20.000 alumnos, un tercio de ellos chicas adolescentes, jóvenes y últimamente incluso maduras.
En los últimos años se me tacha de viejo cascarrabias, porque siempre me porto mejor con las chicas que con los chicos. Eso es verdad, porque las mujeres han estado siempre tan discriminadas, que faltaría más que las maltratara como a los alumnos que no quieren estudiar porque les obligan.
Hace cuatro años conocí a una chiquilla de apariencia angelical y me sorprendió la belleza interior que irradiaba su rostro. Se la veía seria, muy agradable, tímida, simpática y bien educada. Como me portaba bien con ella a la hora de hacerle fotocopias, me sonreía siempre en señal de agradecimiento.
Pero como existen las Leyes de Murfhy, cuando las cosas pueden ir mal, hay muchas posibilidades de que vayan mal y así fue. Si ayer fue un día feliz para mí, por algo que no viene a cuento ahora, hoy al llegar al trabajo recibí la trágica noticia de la traumática muerte de Alba, de quince añitos, y su amigo Antonio, de diecisiete, en un trágico accidente de tráfico, provocado por un joven de los que sólo tienen prisa cuando van hasta la cejas de alcohol y drogas, llevándose por delante a la pareja de circulaba normalmente en moto en dirección contraria.
Mis más profundas condolencias a las familias, compañeros, amistades y vecinos. Pensando en ellos me costó reprimir las lágrimas durante la tarde.
Hace un año tuve que escribir una novela en tres meses para presentarla antes de Sant Jordi, porque la biografía que debía publicar se tuvo que posponer. La novela llevaría el nombre de la protagonista, una adolescente que metía mucha caña a los padres que piensan más en ellos que en sus hijos y también a sus contemporáneos que sólo piensan en ligar, por ligar. Cuando le dije a Alba que ella me había inspirado el personaje, no podía creerlo, pero tuvo que creerlo al verlo publicado. La lástima fue que no pudiera salir su foto en la portada por ser menor de edad.
A partir de ahora la tendremos siempre en nuestro recuerdo y gracias a la bondad de la familia, seguirá viviendo en otros cuerpos y tendremos entre nosotros sus órganos vitales dando vida a otras personas.
Me gustaría hacer desde aquí un llamamiento a Obama y a todos los políticos inútiles que le lamen el culo en todo el mundo, que si están obligados a declarar guerras para destruir ciudades y países, para montar luego negocios de reconstrucción y hacer que las fábricas de armamento de sus amigotes sigan teniendo trabajo y grandes beneficios. ¿Por qué no bombardean todos los campos de droga y matan dos pájaros de un tiro? ¿O es que la droga es otro de sus negocios? Si esto no puede ser, no quieren o no les interesa, hay otra alternativa: en vez de tener a los soldados criando panza en los cuarteles, movilizarles para incautar toda la droga que se mueve en el mundo y dársela gratis a todos los desgraciados que dicen no poder vivir sin ella, hasta que revienten, porque si no revientan, los estados les tendrán que mantener toda la vida como una lacra inmunda que sólo complica la vida a los que trabajan y a las gentes de bien; pues muerto el perro muerta la rabia.
No propongo esto en caliente porque estoy indignado, porque son ideas que las he mantenido siempre y serían muy beneficiosas para la humanidad. No puede ser que permanezcamos impasibles ante tanto desmadre y tanta globalización de la estupidez humana.

CONSTANTE

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