Veo desde hace décadas como distintas organizaciones internacionales luchan contra la agresión a la naturaleza a unos niveles sin precedentes. Por eso la contaminación global, la extinción de especies de la flora y la fauna y el irresponsable despilfarro de los recursos naturales han hecho urgente la necesidad de una respuesta internacional:
Se está luchando para reformar el mercado de madera tropical y por proteger los derechos de los habitantes de los bosques. Se está trabajando para que cobren una mayor fuerza los acuerdos internacionales sobre la prohibición de sustancias que disminuya la cantidad de ozono. Se está intentando que el Banco Mundial no financie presas que van a provocar efectos destructivos. Se está haciendo ver la necesidad de reducir de emanaciones de carbono y cientos de acciones más, pero no es suficiente.
Los problemas medioambientales sólo pueden ser afrontados eficazmente por medio de una acción internacional y la participación ciudadana forma parte de ese proceso. La persuasión de estos problemas no pueden ser tratados aisladamente y debe haber una disposición absoluta para colaborar con otras organizaciones para poder tener la más amplia gama de recursos y de puntos de vista, con el compromiso de promover alternativas positivas, como parte de cualquier campaña por impedir que se cometan nuevas agresiones contra la biosfera.
Sabemos que no podemos luchar contra los elementos naturales que provoca el planeta, como terremotos o volcanes, aunque se pueden prever para evitar pérdidas humanas. También sabemos que cada vez que la humanidad comete una gran aberración, como las grandes guerras del siglo XX, aprende la lección y tona nota. Y si ahora, aprovechando que Obama está por la labor de disminuir el peligro atómico parcialmente, ¿por qué no aprovecha la ocasión de acabar de una vez por todas con la irresponsabilidad de las malditas compañías petrolíferas que provocan las catástrofes más grandes contra la vida del planeta, porque sólo piensan en el negocio y priman más sus intereses?
El vertido de petróleo en el Golfo de México estos días es más grave que la suma de los que hubo en todo el mundo en el siglo que llevamos conviviendo con esta negra maldición, y más si tenemos en cuenta que ese mar no es un océano abierto, como en el caso del Prestige o el Exon Valdez, y afectará a muchas islas del Caribe, además de toda la costa sur de Estados Unidos. Que nadie crea que BP se va a hacer cargo de las pérdidas económicas; lo que endeudará aún más a los “amos del mundo”.
Si se sabe desde hace un siglo que los vehículos pueden moverse con electricidad, con hidrógeno y otras energías limpias, ¿por qué no se aprovecha esta ocasión para coger el toro por los cuernos y hacer borrón y cuenta nueva? ¿O es que tienen más poder político las compañías energéticas que los mismos gobiernos?
De seguir así, iremos de mal en peor y pareceremos tontos de capirote.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Más información en http://www.irisfanclub.com