Opel y la parofobia

General Motors está en Bancarrota. Su filial Opel iba por el mismo camino y tuvo que ser la desconocida multinacional canadiense Magna la que se ofreció para rescatarla, conjuntamente con un banco iluso ruso y la considerable ayuda de 1,500 millones de € que ofrece Ángela Merkel. Todo para salvaguardar unos cuantos miles de puestos de trabajo.
Yo creo que todo esto es un parche para poco tiempo, porque desde que conozco la Opel, casa de la que he tenido cuatro coches, era la que contaba con el precio de la hora de un mecánico, lo quivalente a mi salario de una jornada; por lo que debía acudir a otros talleres cuando finalizaba la garantía. Además, me gustaría saber los miles de millones que han fundido en publicidad; como por ejemplo, financiar al Bayern de Munich durante muchísimos años. Así es imposible seguir y no sólo para Opel. Hay que olvidarse de tanta parafernalia y ser más austeros; de lo contrario, tendrán que comerse los coches que fabriquen.
Lamento ser tan pesimista, pero los dirigentes que tenemos, tanto en la política como en el mundo empresarial, no me merecen ninguna confianza, mientras despilfarren miles de millones en todo tipo de fantasmagorías y en orgías descomunales.
Los empresarios que deben crear empleo, no estarán por la labor, especialmente en España, hasta que hagan una total limpieza de la mano de obra sobrante y que los salarios sean los más bajos de los países pobres de Europa; por eso el desempleo continuará creciendo durante muchos meses seguidos.
Ante este panorama, no me extraña que la mayoría de la población trabajadora en este desdichado y resignado país sufra parofobia, palabreja que registré en mi último libro, por si algún espabilado del mundo de la cultura se la quiere apropiar y proponerla a la Real Academia de la Lengua para incorporarla al diccionario.
Me gustaría saber qué ocurriría si los funcionarios inútiles enchufados, que no funcionan aunque les maten, pudieran ser despedidos sin contemplaciones. Lo que ocurre es que los que le han enchufado son los que les deberían despedir y es imposible. Por lo que os aconsejo tener mucha paciencia o reaccionar y machacar a todo el que se crea que somos tontos.

CONSTANTE