Leo en la primera página de un periódico que España será el último país europeo en superar la crisis y es verdad. Como va a recuperarse si tiene más políticos inútiles que ninguno otro país similar, miles de funcionarios que no funcionan y unos doscientos mil sindicalistas liberados que no dan palo al agua. Esto no hay economía que lo resista y menos en época de recesión. Por otra parte, en este país se subvenciona absolutamente todo y no se puede seguir dilapidando miles de millones al año para mantener miles y miles de instituciones y asociaciones, que en la mayoría de los casos sólo sirven como plataforma de lanzamiento a nuevos políticos, especialmente de izquierdas.
La solución a esta ruina sería que Zapatero convocara elecciones anticipadas para el próximo octubre y que la derecha nos demuestre su sapiencia con el fantasma a la sombra, porque si no lo hace, tendrá que hacerlo al año siguiente, porque la oposición se lo estará pidiendo cada día a partir de las elecciones europeas. No le servirá de nada a Zapatero presidir la Unión Europea el primer semestre de 2010 si sus instituciones están en manos de la derecha. España ya demostró que somos especiales a la hora de organizar eventos y reuniones internacionales: recordemos el Mundial de Fútbol del 82 o las Olimpiadas del 92 y en conferencias inútiles, pero con la derecha en el poder en Europa no hay nada que hacer socialmente. Fue muy difícil unir los primeros países, incluso hasta los quince, pero luego hubo una salida hacia delante, precisamente cuando no hay líderes de peso que nos guíen y ahora ya es demasiado grande para que en tiempos difíciles cada país no piense en sus problemas particulares y ponga trabas para seguir creciendo.
Dije que se deberían convocar elecciones anticipas, porque estoy seguro que la patronal española propiciaría el triunfo de la derecha, dejando de castigar tanto a los trabajadores, que se sienten indefensos ante tanta explotación e injusticia y sin que los sindicatos hagan nada por ellos.
De todas formas, creo que en España no se bajará nunca de un paro estructural de unos dos millones de trabajadores y tendremos que ir asu,iemdo esa idea. Como dicen los creyentes: "que dios nos coja confesados".
Me alegra que Patxi López, hijo de trabajadores, tenga la oportunidad de liderar un cambio histórico en Euskadi, aunque sólo sea para ver como se pone histérico al quedarse al margen el que creía tener el derecho vitalicio de gobernar en aquel territorio tan privilegiado fiscalmente. Ya era hora que los canes con pedigrí pasen a la historia. ¡Ánimo Patxi! ¡Mucha suerte!
CONSTANTE
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