El turno de ZP

Hoy le toca el turno a Zapaterillo. Con sus cejas de Maquiavelo y un morro impresionante, se presentó hoy en Gavá (Barcelona) en la Fiesta de la Rosa organizada por el PSC.

En su intervención ha elevado al máximo el cinismo que le caracteriza. ¿Cómo es posible que ya no recuerde lo que le dijo a Pasqual Maragall, cuando le prometió que se aprobaría en el Congreso el Estatut que saliese del Parlament y aprobase el pueblo catalán en referéndum? O es corto de memoria o cree que los catalanes somos tontos. Y tal vez lo seamos a juzgar por los aplausos que recibía en cada pausa, después de sus característicos balanceos para alargar su intervención y chupar cámara cuando no le replican.

Lástima que los líderes actuales de las mafias partidarias no se puedan comparar al ex parlamentario mañico desgraciadamente desaparecido hoy, por su inteligencia, por su arte, ironía y sarcasmo, como lo fue también en su día el rianxeiro Castelao, fallecido en los años 50.

No hace mucho escuché a Luis Ansón decir que ya no hay políticos de la categoría de Cánovas del Castillo o Felipe González. ¿Cómo va haberlos si todos van trepando desde las bases de los partidos, porque la gran mayoría no pueden ganarse la vida tan bien en sus profesiones respectivas como en la política? Son tontos, pero no tanto. En todo caso lo son los que les votan, creyendo que les van a solucionar los problemas que ellos mismos crean con su ineptitud.

¡Esto ya no hay quien lo arregle! Menos mal que el último jinete del apocalipsis o del Séptimo de Caballería sigue cabalgando con su silla de ruedas en el Senado. Es la renovación de los peperos. ¡Qué pasada! Y dicen que la radioactividad es peligrosa. Será para otros.

CONSTANTE