domingo, 12 de septiembre de 2010

Primarias en Madrid

Este verano los medios de comunicación nos han mareado con lo de las primarias del PSM. Cuando publiqué mi libro “Alice d’Anjou” en 2003 comenté el crepúsculo del socialismo en Madrid, después del listón tan alto que había dejado el profesor Tierno Galbán en la alcaldía y Joaquín Leguina en la presidencia de la comunidad. Pero cuando una ideología cae en desgracia en un pueblo de conservadores, es difícil volver a levantar cabeza.

Para comprobar el conservadurismo de los madrileños sólo hace falta recordar cómo aclamaban a Pinochet en su visita a España por la muerte de Franco, sólo dos años largos después de su golpe de estado en Chile, hizo ayer treinta y siete años.

Gracias al denominado Tamayazo, apareció en escena la repipi Esperancita y desde entonces ya no hay quien la pare. Da igual quién se enfrente a ella; hombre o mujer, étero o gay, que de todo hubo. Después de casi dos lustros de problemas de identidad, ahora precisamente, cuando Tomás Gómez hizo funcionar el partido en la comunidad, viene Merlin el Encantador y dice que no le gusta, porque no es encantador como él. No sabía yo que para gobernar un ayuntamiento, comunidad o país hay que ser encantador. Señor ZP, ya sabemos lo que hacen los encantadores como tú. Permíteme que te diga que no tienes ni idea para designar candidatos. A Esperanza no le va a ganar Trinidad, por muy ministra que sea. Haría mucho mejor papel enfrentándose al hijo de papá que endeudó la capital por los siglos de los siglos y creo que el que aspira a la alcaldía, lo haría mucho mejor gobernando la comunidad en el hipotético caso de que el pueblo de Madrid deje de ser conservador, algo que dudo, visto lo que hay.

¡Pobre país, con los políticos que tenemos!

CONSTANTE

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