Espe está más guapa callada

Menuda polvareda levantó Esperanza Aguirre con sus manifestaciones sobre la reducción de los liberados sindicales. No sé lo que dijo exactamente, pero creo que por una vez en la vida estoy de acuerdo con ella en algo, aunque sea parcialmente.

La Unión General de Trabajadores consiguió un patrimonio sindical impresionante en medio siglo de historia, hasta que estalló la Guerra Civil. Durante la dictadura se escindieron las Comisiones Obreras y con la restauración de la democracia, con muchas dificultades lograron repartirse el patrimonio histórico, pero ya estaban divididos, lo que conllevó mantener más personal, soportar más gastos y por el contrario ser menos eficaces. Desde entonces su patrimonio apenas creció, porque tienen una representatividad ridícula y se ven abocados a chupar del bote viviendo de las subvenciones del Estado.

Claro que sobran más de cien mil liberados sindicales en el país, como sobran miles de asesores y consejeros, políticos y decenas de miles de funcionarios enchufados en las distintas administraciones del Estado por los partidos políticos estatales y autonómicos. Con lo que cobran demás todos estos chupópteros, España no tendría ni un euro de déficit ni endeudamiento y podrían elevarse el salario mínimo y las pensiones por encima de la media europea.

Para muestra de la ineficacia de los sindicatos, basta recordar lo que ocurrió hace más o menos treinta años en una empresa metalúrgica alemana asentada de Mollet del Vallés, que se dedicaba a montar cadenas de producción como la de Ford en Valencia. Al legalizarse los sindicatos, Comisiones Obreras se alzó con la mayoría en el comité de empresa y desde el primer día hicieron la vida imposible a los directivos de la misma, por lo que optaron por trasladar la producción a Alemania. Luego queremos ser competitivos y productivos, siendo el país de la picaresca, la chapuza y la improvisación. Así no podemos ir a ninguna parte, aunque financiemos la Fórmula 1 y el baloncesto norteamericano con el dinero que pagan demás los trabajadores españoles en sus hipotecas.

Mientras los listos maman, los mamones tragan y duermen. Pero no despertéis ni reaccionéis, no vaya a ser que os pongáis malitos.

CONSTANTE