El futuro de los jóvenes

Cuando carecíamos de libertad en España, los jóvenes podían estudiar si pertenecían a familias pudientes o eran adictos al Movimiento Nacional. Los que sólo podíamos soñar con estudiar estábamos obligados a trabajar en unas condiciones impensables para los jóvenes de hoy. Y si no tolerábamos las condiciones impuestas no podíamos protestar y emigrábamos o nos aplicaban la Ley de Vagos y Maleantes. Por eso pasó a la historia la pregunta: ¿Trabajas o estudias?
Ahora, que con la libertad nos hemos pasado cuatro pueblos, todos los jóvenes tienen la oportunidad de estudiar y hasta incluso se les obliga, lo que resulta contraproducente a juzgar por los resultados académicos que obtienen, siendo los peor formados de Europa. A muchos el trabajo les persigue, pero ellos son más rápidos. Lo curioso es que están obligados a trabajar para mantener el coche. No hay nada como ser víctimas de la sociedad de consumo para ser felices o idiotas, que es lo mismo.
Hoy leí en el periódico que nuestros jóvenes de entre los 14 y 18 años toman alcohol habitualmente el 58,5 %; el 32 % fuman; el 20 % le dan al cánnabis y el 2 % a la cocaína. Justo en la edad del pavo y parece ser que sus padres no les pueden controlar.
Llegados a este punto de no retorno, porque cada día que pasa hay más tarados mentales debido a la droga y el alcohol, con esta crisis que va para largo, no tardará en doblarse la población reclusa y consecuentemente los funcionarios de prisiones, aumentando de manera alarmante la población ocupada no productiva y nuestra querida España no podrá mantener a tanta gente inactiva.
Nuestros jóvenes, si no espabilan, en torno a los 18 o 20 años tendrán que decidir si están dispuestos a formarse concienzudamente para hipotecarse para toda la vida y mantener a tres personas con su trabajo y a todos los especuladores o dedicarse a vivir como verdaderos parásitos de la sociedad y a la delincuencia, porque también tienen derecho a vivir, como todos los animales, y no se les puede eliminar.
Esta es la cruda realidad en nuestro querido país. El que no lo vea así es que está ciego.

CONSTANTE