Los problemas de Gürtelandia

Unas crisis suceden a otras y también los políticos. Felipe nos sacó de una y se lo puede creer. A Aznar se lo han dado todo hecho en 1996 y se cree el mejor presidente de la democracia, no porque él lo piense, sino porque se lo recuerdan sus admiradores cada día.
Ahora estamos sumidos en la crisis más grave que sufrió España en la historia reciente y ya el Gobierno comienza a creérselo.
Hace unas semanas Aznar dijo que él sabía cómo salir de la crisis y yo sugerí que algún medio de comunicación le hiciera una entrevista para que nos contara cómo hacerlo, pero como ni él mismo se lo cree, los medios no le quieren entrevistar para no perder audiencia, cuando todos luchan por la misma. En cambio, sí entrevistan a Felipe González y en sus análisis se permite echar la bronca a Zapatero porque no espabila. Hace una semana pensé que Felipe debería ser el presidente europeo para contrarrestar un poco la oleada facha del continente y no he sido sólo yo, porque hasta incluso Sarkozi le prefiere a él antes que a Barroso, que fue en su día un estudiante radical que no sabe lo que son políticas sociales y ejerció gustosamente de monaguillo anfitrión en maldita la foto de las Azores.
Pero de esta grave depresión no nos puede salvar ni el genio de Felipe González, porque él contribuyó en su día a propiciar el nacimiento de las autonomías para armonizar el Estado y no discriminar a las comunidades históricas, con lo que se han multiplicado por diez los políticos inútiles y eso es imposible de mantener, cuando la población envejece a pasos agigantados y los explotadores siguen destruyendo empleo en vez de crearlo. Son tantos los gastos de las administraciones del Estado, que es imposible seguir así mucho tiempo, si no se eliminan la mitad de los políticos y se les rebaja el sueldo a menos de la mitad. Pero no van a tirar piedras sobre su propio tejado y lo tenemos crudo.
Al principio de las autonomías se recibía tanto dinero de Europa, que no se notaba tanto el despilfarro y hasta podían robar miles de millones “señores” como Roldán, por eso fracasó Felipe y fue sustituido por un fantasma, cuyos herederos, los más nobles de España, campan por Gürtelandia como si todo el campo fuese orégano y el país su cortijo privado. Estaré pendiente de lo que decide estos días la justicia, para ver si dejan prescribir los casos de corrupción antes de enviarlos al Tribunal Supremo y si tendré que decir lo mismo que dijo el alcalde de Jerez hace mucho tiempo: “La justicia es un cachondeo”.
La solución a la crisis en España pasa por eliminar los parlamentos autonómicos y muchas otras instituciones inútiles, pues no tienen razón de ser, cuando son los mismos partidos mayoritarios los que legislan en la capital del imperio venido a menos.
Con la que está cayendo, si el Gobierno de Gürtelandia permite al Real Madrid hacer las aberraciones que hace y no le investiga las cuentas por no hacerle bajar a segunda división por sus deudas, debería abandonar y dedicarse a otra cosa, porque a juzgar por los resultados electorales del domingo, necesitamos más caña con un gobierno de derechas.
¡Qué pena de país!

CONSTANTE