martes, 23 de junio de 2009

Ordóñez y Trichet

Los presidentes del Banco de España y del Banco Europeo lo han vuelto a decir. Y para que rime: ¡La mare que els va parir! ¿Cómo se puede pedir reducción salarial y el abaratamiento del despido? ¿Quieren que los pocos trabajadores que quedan pasen a mejor vida viviendo de limosna? Les tenía que caer la cara de vergüenza. ¿Por qué no rebajan los sueldos de todos los altos cargos y a los que se creen que no van a morir nunca y sólo piensan en el dinero, como el poTrillo de Alicante?
Los banqueros son los lumbreras que con su avaricia provocaron la crisis y ahora le quieren echar la culpa a los trabajadores, que cobran lo mismo que hace veinte años, que están hipotecados para toda la vida, especialmente los jóvenes con contratos precarios, que les resulta imposible llegar a fin de mes y ni siquiera se pueden permitir el lujo de tener hijos.
Recuerdo cómo hace casi dos años decían que harían falta cientos de miles de trabajadores inmigrantes y creían que la burbuja inmobiliaria no tendría fin.
Ahora nos encontramos camino de los cinco millones de parados y tendremos suerte si no los superamos. Gracias al clima somos el pueblo más longevo de Europa y pronto tendremos 8 millones de jubilados. Somos el país del mundo donde hay más políticos inútiles por metro cuadrado y sobran el 60%. Sobran decenas de miles de asesores y consejeros de los mismos, que cobran un pastón por nada. Sobran el 40% de los funcionarios enchufados, que no pegan palo al agua y les dan la baja laboral de una manera pasmosa. Sobran más de 200.000 liberados sindicales, verdaderos parásitos que viven de subvenciones. Si se hiciera trabajar a la población reclusa no habría que mantener tantos vagos y no harían falta tantas fuerzas de seguridad. Somos un país donde se subvenciona todo y la vaca ya no da para más.
Mientras se recibían muchos miles de millones del fondo europeo, no había problemas e incluso podían robar millones, pero ahora o se hace una reestructuración o una nueva planificación del Estado o estamos perdidos. Con tantos gastos en sueldos improductivos y esta gigantesca administración ineficaz, España es imposible que pueda levantar cabeza, y mucho menos Catalunya, porque los empresarios no crearán apenas empleo si no pueden explotar descaradamente a todos los trabajadores y tendremos que seguir endeudándonos.
Y menos mal que la mayoría de la industria ya funciona en cadena, donde los operarios forman parte de la misma; porque si la productividad dependiera de ellos, el país de la improvisación y de la chapuza sería una ruina total.
Me gusta ser optimista, pero si analizo a fondo el futuro de nuestro país, no lo veo nada claro, y menos con la oposición impresentable que tenemos. ¿A dónde vamos a ir con tontainas que sólo saben insultar al Presidente del Gobierno, tachándole de bobo solemne y no hacen ni una propuesta coherente como no sea en perjuicio de los desgraciados. Como dicen los creyentes: ¡Que Dios nos coja confesados!

CONSTANTE

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