Ayuntamierdas

Hoy he visto en las noticias como una compañía eléctrica cortó el fluido a un ayuntamiento por falta de pago. ¡Qué vergüenza!
En España hay ayuntamientos endeudados para varias generaciones, como por ejemplo Madrid. Sus ciudadanos se lo merecen por confiar en un lumbreras sin serlo, aunque sea hijo del papá Gallardón. Como Alberto no llega ni a ser gallardín, ahora vincula su continuidad al éxito de la candidatura de Madrid para las olimpiadas del 2016. Ya puede renunciar cuando quiera, porque no lo conseguirá, pero es listo y sabe que si continúa no podrá seguir haciendo obras faraónicas, debido al endeudamiento tan exagerado, y el que venga detrás que se joda. Así de claro.
No hay nada más fácil que cuadrar las cuentas de una casa, un ayuntamiento o cualquier otro organismo, pero cuando están gobernados por idiotas es imposible que las cuentas cuadren. Enchufan a una cantidad tan exagerada de funcionarios que no dan palo al agua, cuando sus salarios son casi equiparables al de los regidores, resultando imposible la austeridad.
Si llamas a un ayuntamiento preguntando por un funcionario es raro que esté presente cuando lo requieres y que no se escaquee todo lo que le apetece; es algo que se puede comprobar varias veces cada semana.
Mientras se recibía mucho dinero de Europa no había problema, porque sobraba hasta para robar y prevaricar, pero ahora la hemos cagado y llegan los problemas de liquidez. Todo radica en que los que deben solucionarlo son los que los han creado y es imposible pedir peras al olmo. Supongo que ahora en tiempo de crisis y ya que los políticos no pueden seguir enchufando a sus familiares y amigotes, los jóvenes, especialmente los universitarios, perderán la fiebre por hacerse funcionarios.
Siempre pensé que sobran la mitad de los políticos y funcionarios y que con la mitad a medio sueldo se podrían arreglar muchos problemas, pero mientras la mitad de la juventud española permanezca idiota, atontada con el botellón, la droga y el resto endeudado para toda la vida, tragando todo lo que le imponen los poderosos, no hay nada que hacer y estamos perdidos.

CONSTANTE