Educación a debate

En cinco años de alumno y veintinueve de funcionario he llegado a conocer a más de dieciséis mil alumnos y más de mil profesores. Lo curioso es que con algunos que llevan en el instituto en trono a veinte años no he llegado a tener nunca una conversación normal sobre mis aficiones culturales y artísticas. Lo mismo me ocurre con la mayoría de mis paisanos, que me saludan por compromiso y no sé por qué no me soportan.
En el instituto cada año hacen unos cambios de personal que es para volverse loco. Tantos años de Formación Profesional y ahora con el nuevo sistema, es imposible tener unas plantillas estables, especialmente en los Ciclos Formativos, donde todos ellos deberían ser especialistas en sus créditos respectivos; pero no, hay profesores a los que les obligan a dar temas de los que no tienen ni idea y han de aceptar sin remedio si quieren trabajar. Con ello se da la paradoja de que en algún crédito hay alumnos de los mayores que tienen más conocimientos que el profesor y hacen el ridículo. Parece como si la administración educativa no quisiera que los alumnos obtengan buenos resultados en la formación; porque siempre hay una minoría que se prepara a conciencia y son los que pasan a ocupar los puestos de responsabilidad en las empresas y en la administración; todos los demás son material para explotar en las cadenas de producción.
Hace unos días dije que hay muchos profesores perros, sobre todo desde que alcanzan el estatus de funcionario, pero también los hay interinos, incluso de los más jóvenes, que están muy preparados y ponen tanto o más interés que los veteranos.
Hace unos años conocí a un profesor llamado Jesús, que era físico y daba clases de electricidad con un gran interés por su parte. Cogimos una gran amistad y desde entonces estamos en contacto por e-mails. La semana pasada conocí a otro joven llamado Xavi, que es de los más simpáticos y preparados que conocí en el instituto. Cuando creía que íbamos a ser amigos para todo el curso, el último para mí, me enteré que mañana termina su contrato, porque está sustituyendo a uno de los que abusan de las bajas, cuando yo no he estado de baja ni un sólo día en toda mi vida.
Xavi fue el primero en atreverse a dejar un comentario en mi blog y coincide conmigo en la apreciación acerca de algunos profesores numerarios. Claro que los hay muy buenos, pero también los hay peores que malos y nadie trata de poner orden en este desbarajuste educativo.
Señores dirigentes de Educación y de los institutos, así no podemos ir a ninguna parte y cada año que pase la formación de nuestros jóvenes será más deficiente. Es una vergüenza para un país que aspira a ser la octava potencia del mundo. Lo será cuando yo sea cura.

CONSTANTE