Sábado, sabadete

Ya hacía tiempo que no paseaba por Barcelona y me tocó hacerlo ayer por la tarde. Nada más bajar del tren en el Paseo de Gracia me crucé con un idiota que iba totalmente desnudo, llamando la atención a todos los transeúntes. Me pregunto si le dejarán entrar así en los establecimientos públicos y si andará también así en pleno invierno.
Hay muchísimas ciudades que son más interesantes que Barcelona, pero no se lo creen porque no son tan patéticas: Aquí se conjuga una total libertad para los ciudadanos, incluidos delincuentes y especuladores, con la más absoluta de las miserias de los pobres y marginados.

Al anochecer me fui a L’Illa, donde actuaba Virginia, la vencedora de OT 08. La organizadora del evento llevaba cuatro meses dándome la tabarra para que fuese y aproveché la ocasión para comparar a Virginia con las chicas que actuaron el día 19 en el Maratón Musical de Sant Fost. Pues bien, cualquiera de ellas no tiene nada que envidiar a la estrella mediática lanzada por Risto. Virginia es hermosa y tiene una bonita voz, pero no se le puede sacar de los estilos derivados del jazz o se queda en nada, como la mayoría de las que lo intentan.
Para colmo, estaba el chulo en la sala junto a la puerta de emergencia, con su cara de estúpido como siempre, aplaudiendo a cámara lenta unos segundos en cada una de las canciones. ¿Cómo se puede ser tan engreído, si la está hundiendo en la más profunda de las miserias, como diría él?
Lo que menos me gustó fueron las letras de su promotor en castellano, ni tampoco la música, ni su puesta en escena, con una indumentaria ridícula. Y nos quejábamos de los modelos que le obligaban lucir en OT.
El único momento emocionante del concierto fue cuando cantó Creep de forma magistral, lo que demuestra que Virginia es especial, pero no se le pueden imponer temas inadecuados, si no quieren que fracase estrepitosamente.
Triunfó gracias a Risto, pero ahora que está a punto de cumplir los veintisiete, le falta la consolidación y temo que le resultará difícil si los medios de comunicación más importantes del país la ignoran como hasta ahora, incluida TELE5.
Estoy seguro que si a Patricia Fernández o Angie Páez le dieran la oportunidad de demostrar lo que valen para la canción, con un equipo de sonido tan extraordinario como el de BIKINI, impresionarían y dejarían a la audiencia sin respiración, pero esto es lo que hay.

Al salir de L’Illa, di un paseo hasta la estación y al cruzar una plaza he visto a dos niñas, adolescentes inconfundibles, en torno a los quince o dieciséis años, que ejercían de gacelas buscando clientes, pero no se fijaron en mí, porque los buscan jóvenes y con dinero, lo que resulta incompatible en la mayoría de los casos. ¡Pobre juventud de Barcelona! ¿Por qué los políticos no quieren ver la realidad de lo que ocurre? ¿Es que viven en otro mundo?

CONSTANTE