Escándalo y vergüenza

Españoles todos, esta es la gran noticia del día: un banquero se jubila con tropocientos millones de finiquito y más de treinta millones de pensión. Me pregunto para qué le hará falta tanto dinero, cuando España debate la subida de ciertos impuestos en plena recesión para salvar parte del endeudamiento del Estado. Que los accionistas le regalen millones me parece bien, si la fiscalidad le retuviese el 80 o el 90% para Hacienda.
Hubo poderes fácticos a lo largo de la historia en cada país. Durante la Dictadura lo eran el Ejército y la Iglesia, pero hoy en día lo son las entidades financieras y la patronal, que junto con los partidos de derechas, incluidos los nacionalistas, forman un clan más duro que las mafias organizadas.
Este triunvirato espera como agua de mayo que la derecha gane las elecciones para seguir explotando descaradamente a la clase trabajadora; pero debido a los numerosos casos de corrupción generalizada en el PP, hay quién no lo tiene claro. Lo comprobaremos cuando se vean los resultados.
Lo que está claro es que los políticos son inútiles. Si no lo fueran no permitirían lo que está pasando con los beneficios de la banca, de las multinacionales y los sueldos de sus dirigentes. ¿Para qué está el Parlamento? ¿Tanto trabajo cuesta legislar para poner coto a los beneficios de esos buitres carroñeros?
La justicia tampoco funciona correctamente y ya nada es justo en este desdichado país, aunque la mayoría de los ciudadanos diga que son felices. Viendo lo que ocurre hay que ser idiota para serlo. No puede ser que para que unos pocos roben tantos miles de millones, la mayoría de los jóvenes deban hipotecarse para toda la vida por una ridícula vivienda pequeña y mal acabada. Es una vergüenza y un escándalo sin precedentes en la historia. Y lo peor de todo es que nadie reacciona nada más que para disfrutar del botellón o destrozando mobiliario urbano cada vez que le ofrecen la ocasión. Así no podemos ir a ninguna parte. ¡Capullos!
Gran parte de culpa de todo esto la tienen los medios de comunicación de masas, por no ser independientes para informar de lo que ocurre. No es posible que estén totalmente divididos, unos apoyando al Gobierno y otros a la oposición, volviendo locos a los ignorantes que no se enteran de nada.

CONSTANTE