Atentado en Moscú

Hoy me sorprendió la horrible noticia del atentado terrorista en el metro de Moscú. Por desgracia, no es el primero ni será el último, porque el terrorismo es una lacra con la que hemos de convivir irremediablemente si los poderes fácticos que dominan el mundo no cambian su actitud prepotente.
Hace miles de años que los humanos descubrieron la caza, la pesca y la agricultura para sobrevivir. En cuanto una tribu o civilización crecía en un territorio y este se le quedaba pequeño, emigraban para buscar tierras fértiles en las riberas de los ríos y mares o se hacían nómadas. Ya por aquel entonces, había hombres trabajadores que buscaban su sustento y el de su familia, pero también los había perros que preferían robar para apoderarse de lo que otros recolectaban, por eso se inventaron las guerras.
Al cabo de los milenios, las guerras son tan sofisticadas que ya pronto inventarán armas bacteriológicas o químicas para acabar con la población insumisa y rebelde y que se queden los monumentos, las infraestructuras y los edificios en pie, para no tener que reconstruirlos, todo por intereses políticos, económicos, energéticos o estratégicos.
En este capitalismo salvaje es muy injusto que unos cuantos posean el 90% de las riquezas del mundo y que cerca de 2.000 millones de seres lo estén pasando realmente mal, sufriendo todo tipo de enfermedades, hambrunas, analfabetismo y viviendo en un total desamparo, sabiendo que con lo que se despilfarra en guerras o en la conquista espacial, entre otras muchas cosas superfluas, sería suficiente para que ni un solo ser del mundo pasase hambre ni muriese por falta de medicinas.
Por eso, cuando a algunas personas, colectivos o pueblos, les ponen la soga al cuello, se rebotan y tratan de reaccionar contundentemente con todos los medios a su alcance, contra las potencias que les avasallan descarada y salvajemente.
Si es fanatismo luchar contra los gigantes poderosos, ¿qué es el abuso de poder por parte de las grandes potencias? Luego pasa lo que pasa y parece no tener solución, mientras la mayoría de los humanos permanezcamos impasibles, viéndoles venir y dejándonos engañar como corderillos por todos los medios de comunicación, que están vergonzosamente manipulados por las superpotencias y los lobbies económicos mundiales.
En la desagradable noticia de hoy sobre la masacre de Moscú, se dijo que probablemente fueron dos mujeres las ejecutoras. No lo pongo en duda, si las desquiciadas mujeres son musulmanas chechenas, porque las mujeres educadas en Rusia o las repúblicas de la antigua Unión Soviética son cultas, educadas, sensatas, con almas nobles, amantes de la paz, de la libertad, de la familia y son incapaces de asesinar a sangre fría, como los malditos terroristas clásicos.
Tal vez ocurra con este atentado como en los fatídicos onces de septiembre y marzo en New York y Madrid y nunca se sepa la verdad absoluta, porque no le interesa al Tío Sam ni a los que se consideran ombligos del mundo.
¿Por qué no se permite ser libres a todos los pueblos diferentes, como Catalunya, por ejemplo? ¿No creen que la humanidad sería más feliz?

CONSTANTE