El retorno de la esclavitud

Hace unos años había pensado que el libro del año de la jubilación o el siguiente, sería dedicado al sistema educativo de este país, especialmente en Catalunya, pero en vista de lo mal que funciona la educación y la formación en los últimos veinte años, decidí que no vale la pena perder el tiempo narrando lo que ya todo el mundo sabe y tampoco quiero ofender a los compañeros del Departament d’Educació, ni a los padres que no saben educar a los hijos, ni a los alumnos más tontos de la historia del país.
En su lugar pienso escribir uno titulado “El retorno de la esclavitud”, por lo que está ocurriendo en España en los últimos años, donde no hay forma de levantar cabeza, debido a los malos políticos y peores empresarios que tenemos. Aunque los diputados españoles no sean los que más cobran de Europa, en su conjunto es donde hay más políticos por metro cuadrado y son los altos cargos los que más cobran de todo el mundo.
La clase trabajadora en España, tenemos la mala suerte de contar con tres patas de un banco sobre el que gira todo el movimiento de capital descontrolado y especulativo, digamos: entidades financieras, patronal y clase política o lacra inmunda perniciosa.
Siempre he mantenido que en cuanto la derecha vuelva al poder, la banca exigirá a la patronal que cree empleo precario para poder hipotecar de por vida a toda la juventud del país.
Para empezar, el eficientísimo presidente de la patronal lanzó ayer el primer órdago para contentar a la oposición y a la banca. Dijo nada más y nada menos que habría que contratar a jóvenes menores de treinta años entre seis meses y un año, de forma precaria, sin cotizar a la Seguridad Social, sin prestación por desempleo y despido sin indemnización; eso sí, cobrando menos que el salario mínimo establecido por ley. Esto es mucho peor de lo que yo pronosticaba y me pregunto por qué no dicen claramente que sólo ellos tienen derecho a la vida y que quieren volver a los tiempos de la esclavitud. ¡Serán hijos de la gran puta!
Pero también me pregunto a qué espera la juventud española para reaccionar de una vez por todas ante esta situación intolerable y declararles la guerra a ellos y a los políticos que lo permiten todo, cuando todo tendría solución si tuvieran voluntad política para afrontar los problemas. ¿Es que son demasiado altos los Pirineos para no ver lo que ocurre en los países avanzados del norte y de nuestro entorno?
Fanny, perdona por insistir en lo que no te gusta.

CONSTANTE