Estos días se presentan a oposiciones para el ayuntamiento de Madrid tropocientos mil señores y señoras, para cubrir quinientas plazas de funcionarios que quieren chupar del bote de la administración local. Desde hace años vengo diciendo que en España sobran el 40% de los funcionarios y el 50% de los políticos. Si se atrevieran a hacer este recorte, se acabarían todos los problemas económicos del país.
Cuando se llama a un funcionario determinado, no es raro que te contesten que no está en aquel momento. Y eso ocurre muchos días durante cada mes, pero al cabo del mismo cobran religiosamente por hacer casi nada, que para eso son funcionarios, enchufados en la mayoría de los casos por los políticos de turno, para que les hagan de lameculos, correveidiles y de pelotas.
Así no puede funcionar bien ninguna administración. En la Sanidad ya ni siquiera atienden el teléfono y las listas de espera son interminables, excepto para los inmigrantes, incluso para los sin papeles. Si los españoles, si tienen prisa, pueden ir a servicios sanitarios privados, pagando como mandan los cánones. En cuanto a la Justicia, te puedes morir esperando un juicio. En la educación hemos llegado a una situación intolerable. A los niños que se les obliga a estudiar no quieren, no porque no quieran, sino porque no valen, pero han de hacer el idiota para disimular de alguna manera su estupidez. ¿A quién se le ocurrió pensar en uniformar la idiotez en los jóvenes? No me extraña que la última generación de jóvenes españoles sea la más mal educada, la peor formada y la que posee menos cultura de todos los países de la OCDE.
Lo único que funciona bien en España es la banca y así no podemos ir a ninguna parte, como no sea el caos y como no reaccionemos enseguida, pronto utilizarán los palos de teléfono con nosotros y sin vaselina.
CONSTANTE
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