viernes, 1 de enero de 2010

Mujeres desesperadas.

Hace dos días estaba viendo el plano de la ciudad de una amiga rusa, cuando apareció en la esquina de la pantalla un cuadro con fotos de doce personas que desean chatear con el móvil. La mayoría eran mujeres desesperadas y me sorprendió una navarrica de 29 años que era una diosa de la belleza y entré a saco por primera vez, poniendo mi número de teléfono, el nombre y un texto breve alabando a aquella maravilla de la naturaleza, para que me llamase o me diese su número.
En menos de un minuto recibí un mensaje, diciéndome que le gustaría conocerme. Entonces le escribí mi web y me respondió que no entendía nada. Pretendía que le siguiese el rollo, pero ni llamaba ni me daba su número. Cada hora más o menos me escribía, preguntándome por qué no le respondía, diciéndome que ella no mordía ni me iba a comer. Yo sí que la comería a ella cruda, comenzando por donde más le gustara.
Después de más de treinta mensajes intentando averiguar de donde soy y qué edad tengo, me dio pena y le dije que me escribiese un e-mail, pero me respondió que no tenía Internet; algo increíble. Ayer siguió insistiendo y cuando yo preparaba una felicitación para enviársela al comienzo del nuevo año, recibí un mensaje suyo, justo a las 23,55, que decía: “Buenas noches, Constante, perdona si te molesto, pero me gustaría hablar contigo, por favor; es muy importante. Estuve pensando que podemos ser amigos”. Si supiese la edad que tengo me mandaría a la mierda.
Tenía un e-mail preparado para la amiga rusa y envié los dos, cada uno por su medio, pasando de las putas campanadas y de las uvas, que siempre las tomé sin ser dirigido por ningún gilipollas de la televisión. Efectivamente, los e.mails se cruzaron en el ciberespacio en el primer minuto del año, porque la rusa se había sincronizado con la hora peninsular; pero lo que me sorprendió fue recibir también dentro del primer minuto el mensaje de la navarrica con el siguiente texto: “Feliz 2010 para ti también, Constante. ¿Qué tal has comenzado el año? Cuéntame con quien estás y como festejarás este nuevo año lleno de prosperidad”. En qué país vivirá esa chica, que no se entera de nada y prefiere perder el tiempo chateando con un desconocido en el momento que todos están deseando felicidad a todo el mundo. ¿Cómo es posible? No puedo entenderlo. O será que hay más gente de la que creemos, que pasan de aborregarse ante las pantallas de los televisores al toque de la campanita. Lo que sí está claro es que ella no debe tener problemas económicos, porque está todo el día enganchada al teléfono. Estará de vacaciones como yo.
Resultado de la experiencia: más de cuarenta mensajes recibidos por cinco enviados, pero me quedé con las ganas de contactar con ella por otro medio que no sean SMS.
En la citada página donde solicitan chatear se van cambiando las fotos cada pocas horas y se ven caretos de todo tipo, pero siempre hay algunas chicas que impactan por su belleza extraordinaria, por sus físicos perfectos y por sus air bags. Tenemos unas españolas que no las merecemos. Con lo maravillosas que son, es una pena que no se sientan amadas y que tengan que recurrir al cibersexo. En pocos años nos han adelantado en casi todo y ya tienen más cojones que muchos hombres. Lástima que yo sea ya tan viejo.

Tarina, por favor, envíame un e-mail, que quiero consultarte una cosa. Gracias.

CONSTANTE

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