martes, 6 de octubre de 2009

España al revés

Después de diez años en el poder, el gobierno de Felipe González comenzó a hacer aguas por culpa de varios casos de corrupción y se lo hicieron pagar caro en las elecciones de 1996.
Felipe había sacado al país de una larga crisis en los años 80 y cuando volvía a ponerlo a caminar por la senda del crecimiento tras la segunda crisis estructural de principios de los 90, lógica después tanto desarrollo, llegaron los salvadores de la patria con Aznar a la cabeza. Según decían, España iba bien y sentaron las bases para otro período de crecimiento descontrolado, en la época que hemos sufrido la más grave y descarada especulación de la historia de España.
La crisis actual sí que es peliaguda y fue propiciada en los últimos años de Aznarín, cuando los ingenuos españoles creían que el crecimiento iba a ser imparable y permanente. Se lanzaron al consumismo, hipotecándose para toda la vida, algo que no había ocurrido ni aquí ni en ningún otro país del mundo a lo largo de la historia. Pero por fin ha llegado la hora de dejar de hacer el fantasma y vemos impotentes cómo la gran banca y los especuladores de siempre siguen poniéndose las botas, incluso durante la crisis que ellos mismos han creado con su desmesurada ambición.
España funciona al revés de lo normal. ¿Por qué ni la justicia ni los electores le perdonaron a Felipe los casos de corrupción y en cambio ahora, cuanto más pringado está el Partido Popular en casos de corrupción generalizados en todo el país, según las encuestas publicadas ayer, ya le lleva tres o cuatro puntos de ventaja al PSOE?
El actual sistema protege exclusivamente a los ricos en perjuicio de los pobres: consigue que retrocedamos en cultura y educación de manera vergonzante, que la sanidad sólo funcione bien para los ricos, para los turistas y los inmigrantes; que tengan más derechos los delincuentes, asesinos y ladrones que los que trabajan honradamente y pagan impuestos, sino que se lo digan a Félix Millet; que las administraciones del país se hayan convertido en oficinas de recaudación de impuestos para mantener a cientos de miles de funcionarios de la política y a todos los enchufados por estos. Somos el país del mundo donde hay más políticos inútiles por metro cuadrado y mientras no se haga limpieza eligiéndoles en listas abiertas no podemos ir a ninguna parte, sino al caos, porque todos los partidos están hipotecados con las entidades financieras, que son quienes cortan el bacalao y dirigen el cotarro descaradamente, porque ningún gobierno se atreve a poner orden ni límite a sus beneficios.
Visto lo que hay, como la juventud no reaccione enérgicamente contra los poderes fácticos actuales, lo va a tener muy crudo en el futuro. Todo está en sus manos; por eso pido constantemente a las mujeres, muy especialmente a las chicas jóvenes por todos los medios de que dispongo, que se preparen a conciencia para tomar las riendas de este desbarajuste, porque la mayoría de los chicos están atontados y no se puede confiar en ellos.
Se sabe cómo salir de la crisis, pero los que deben hacerlo no pueden, porque los hijos de la gran puta se creen que no van a morir nunca y no les dejan. Es muy triste, ¿no?

CONSTANTE

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