Good bye Ricardito

Cada día me apetece menos ver las noticias, porque son desesperantes. No avanzamos en absoluto, como si nos hubiésemos quedado sin energía.
Hace casi un año que se comenzó a desenmarañar el caso Gürtel y según los implicados, en principio eran Garzón, la Fiscalía, la Policía e incluso Rubalcaba, quienes estaban detrás de la conspiración contra el Partido Popular. Señores del PP, el que la hace la paga. No recordáis la conspiración contra Felipe González en los 90 y la famosa pinza de Ansar y el iluminado Anguita.
La trama de corrupción de esos salvadores de la patria ya viene de largo, comenzando con el caso Naseiro en los 80. Este año les está resultando negro, a pesar de que nos les afecta electoralmente, gracias a los tontos que no ven más allá de sus narices; pero ya han caído del pedestal varios dirigentes del partido, también en ayuntamientos y en la Comunidad de Madrid, aunque siguen chupando del bote del Estado, unos en las cárceles comparables a hoteles de cinco estrellas y otros sin renunciar a sus cargos o escaños, aunque sean expulsados del partido.
Como lo más fuerte y aberrante del caso está en Valencia, el engreído y prepotente maniquí de los trajes regalados, tendrá que defenestrar como cabeza de turco al segundo de la organización dentro de dos días, cuando regrese de recorrer unos cuantos kilómetros del final del Camino de Santiago. No sabía que los hipócritas, creyentes por conveniencia, tienen autorización divina para robar y especular.
Hace poco, el alto y simpático Ricardito decía que no se iba a comer ese marrón él solo, pero es lo que hay y tendrá que salvar el culo de Camps, porque éste es para la justicia como los intocables de Eliot Ness y seguirá en su puesto hasta cuando él quiera, lo que es una vergüenza para el país, especialmente para los valencianos decentes.
Años atrás, Ricardito le rogaba al Bigotes que le recomendara a Camps para su Gobierno, pero si se lo dijo no le hizo caso.
Poco antes, como tiene un hermano llamado Juan, un señor que tiene cara y ojos, como Pimentel, los dos que tuvieron que abandonar el partido para no ser contagiados por la estupidez de sus dirigentes y por la imposibilidad de alcanzar las riendas del mismo, a donde sólo llegan los más inútiles, elegidos siempre a dedo por el idiota de turno, Ric tenía el sueño de que Juan fuese el líder del partido, para alcanzar La Moncloa y tener la posibilidad de ser ministro algún día; pero visto lo que hay, debería ir a hacerle compañía a los que ya están disfrutando de hotel gratis pagado por el Estado y así podría disfrutar del tiempo de ocio mirando como pasan las horas en su precioso reloj de más de 20.000 euros que le regalaron. Pero como nuestra justicia es la que es y funciona como funciona, lentamente, le destituirán y pasará a la historia; pero será bien enchufado en los recovecos del poder económico, como todos los corruptos anteriores. ¡Dios mío! ¿Qué van a hacer ahora los valencianos sin él? Y losh españolesh de Raxoy.

CONSTANTE