Estoy harto de afirmar que existen dos Españas, divididas primordialmente entre otras cosas, en ricos y pobres y malos y buenos.
En la primera legislatura de Zapatero, la derecha aprovechaba cualquier circunstancia para manifestarse en contra de las leyes progresistas del Gobierno.
¿Por qué volvieron a hacerlo hoy? Porque mientras se manifiestan no se habla del escandaloso caso Gürtel, para hacer una demostración de fuerza a todo el país y para tratar de deteriorar al Gobierno.
La nueva Ley del Aborto se aprobará igualmente, porque es imprescindible, aunque se hayan manifestado en contra 200.000 o dos millones de personas de todo el país, mayoritariamente fachas de Madrid.
Seguro que en las familias hipócritas que se manifestaron hoy y en convocatorias anteriores, no hay nadie en paro y aunque sepan que Dios no existe, creen en él interesadamente, pero su único dios es el dinero, con el que pueden hacer todo lo que quieren, como siempre. Sus niñas y sus mujeres seguirán abortando en secreto si es necesario, para no pasar vergüenza de cara a la galería, a pesar de que no tienen problemas de ningún tipo para sacar adelante a sus hijos.
En cambio, las familias que no tienen recursos y ni siquiera se pueden manifestar, porque no pueden pagar un billete para Madrid en ningún medio de transporte, ya no pueden tener hijos, porque no les pueden criar con las garantías básicas de éxito, como les está ocurriendo actualmente a los jóvenes catalanes. Queremos ser europeos, pero los poderes públicos no están por la labor de apoyar a los más necesitados y si lo hacen no se nota, en comparación con otros países del viejo continente.
Yo soy el primero que está en contra del aborto y del asesinato y a favor de la vida y la familia, pero una cosa es predicar y otra muy distinta dar trigo. El sexo es lo más importante de las relaciones humanas y es casi tan necesario como respirar o alimentarse, sino no existiríamos; pero al parecer, sólo tienen derecho a disfrutar de él los hipócritas que van de reprimidos y virtuosos, siendo los más viciosos y pervertidos; sino que se lo pregunten a los pederastas y pedófilos, que viajan continuamente a paraísos sexuales para disfrutar escandalosas orgías, incluso con niñas y niños de tierna edad.
El problema del aborto radica en la falta de educación y de información para nuestra juventud. Las mujeres, especialmente las adolescentes, deben conocer desde temprana edad los peligros a que están expuestas. Existen infinidad de métodos anticonceptivos, casi todos muy caros, porque son un negocio para la industria farmacéutica y para muchas clínicas. También existen infinidad de fórmulas para obtener placer y relajación con el sexo sin complicarse la vida; pero si por un despiste o mala suerte, una niña queda embarazada y tener un hijo le va a causar problemas de subsistencia, debe existir una ley que la proteja y le facilite decidir y planificar su vida ella misma o con la ayuda de padres, familiares y especialistas. Hacerles caso a los que se manifiestan en contra de la Ley, es facilitarles aún más las cosas, cuando ya tienen demasiados privilegios. Tenéis que saber que esos no pueden ser buenas personas si sólo piensan en el maldito dinero.
Me resultó repulsiva la cabecera de la manifestación con el dios bigotes al frente y alguna periodista histérica, aznarista hasta la médula. Qué casualidad que la Conferencia Episcopal no se les haya unido. Sabemos que la derecha española nos considera chusma y nos desprecia y que son peores que los judíos para los palestinos. Ellos sólo piensan en sí mismos y si les hacemos caso estaremos perdidos. Si fuese al contrario, no apoyarían descaradamente en las elecciones a esos corruptos vitalicios que se creen tener derechos divinos.
CONSTANTE
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