Más manifestaciones

Cuando era un crío, mi abuelo me llevaba a las ferias a Santiago y descubrí que los señoritos de la ciudad hablaban castellano. También recuerdo cómo aquellos adictos al régimen se reían descaradamente de los aldeanos.
Como en la mayoría de las aldeas no había corriente eléctrica, no podía haber aparatos de radio y nos enterábamos de que existía otro idioma cuando comenzábamos la Escuela Primaria, donde teníamos que agudizar el ingenio para aprender castellano de un día para otro, si no queríamos recibir caña de los profesores fascistas.
Fue en las aldeas donde se conservó el gallego durante el franquismo y al final de esa negra etapa, los castellano parlantes ya habían contagiado a los aldeanos, dándose la paradoja que cuando se le hablaba en castellano ellos lo hacían en gallego, como en Catalunya y en Euskadi con sus idiomas respectivos.
Pasaron treinta años y los idiomas de las comunidades históricas se fueron imponiendo, hasta que el Partido Popular ganó las últimas elecciones gallegas. Desde entonces están desmontando todos los avances conseguidos por el bipartito anterior y ayer tuvieron que manifestarse miles de personas en Santiago, para que reconsideren la retrógrada iniciativa de prescindir del gallego en las clases.
Es una vergüenza que el pueblo gallego no sepa discernir quién les puede beneficiar más con sus políticas. No le pueden perdonar a Touriño que haya disfrutado de un buen coche, cuando los gobiernos anteriores habían dispuesto de muchas decenas. ¿Por qué unos sí y otros no? Se creen que son como los señores feudales y sólo les falta disfrutar del derecho de pernada.
No me canso de repetir que los españoles nos parecemos demasiado al nuestros primos hermanos los italianos, pero del pueblo gallego tengo que decir que se parece más al valenciano, donde adoran a un impresentable que está pringado hasta las orejas en la trama Gürtel y no dimite aunque le maten. Tal vez sea por culpa del gallego que no le cabe la lengua en la boca y le protege y defiende a capa y espada. Así nos luce el pelo.

CONSTANTE