Putrefacción total

Cada día que pasa estoy más harto de los medios de comunicación españoles, porque no encuentro ni uno totalmente independiente del que fiarme, por no decir las cosas como son. Más que un poder fáctico, han pasado a ser un poder putrefacto, como la política.
Además de las mujeres, reconozco que no puedo vivir sin escuchar buena música cada día, que la hay y mucha; pero ocurre que las emisoras de radio ponen siempre la misma y ya me cansa. En cuanto a las noticias, no paran de contarnos desgracias y casos de corrupción de políticos y sus amigotes, todos ellos en perfecta connivencia. En la televisión, más de lo mismo y mucha mierda insoportable como Gran Hermano y otros programas de los más aberrantes y vergonzosos para el país. Y pasa lo mismo con los periódicos; que sólo con leer los titulares dan ganas de incendiarlos o tirarlos a la basura.
En todos los medios hay tal cantidad de publicidad engañosa, que es una vergüenza para el país; ni que fuésemos subnormales para creérnoslo todo. Me pregunto qué hicimos los españoles para ser tan desgraciados y que intenten volvernos locos o tontos.
Circunscribiéndonos a Catalunya, llevamos muchísimos años doblemente esquilmados por Madrid y por los distintos gobiernos propios que hemos tenido, viendo como toleraron que unos corruptos insaciables se apoderaran de millones de euros, que no es lo mismo que pesetas. Me pone enfermo no verles a todos en la cárcel, los unos y los otros, alimentándoles exclusivamente de billetes hasta que revienten. Pero lo peor de todo es que la juventud actual no reaccione y vaya de pasota, que es lo mismo que ser idiota.
Ayer faltó a clase un profesor y aproveché la ocasión para darle un pequeño mitin a un reducido grupo de alumnos. Al final tuve la sensación de que están todos atontados. No se quieren enterar de lo que se les viene encima, cuando se vislumbre el triunfo de la derecha y los empresarios comiencen a contratarles precariamente para que sus amigos los banqueros y cajas de ahorros aumenten y perpetúen sus negocios hipotecándoles para toda la vida, como a la última generación; lo que es una vergüenza y un escándalo intolerable. Entonces, uno de ellos me preguntó qué se puede hacer, a lo que le respondí: Si la Constitución dice que todos tenemos derecho al trabajo y a una vivienda digna, ya que no hay trabajo, ¿por qué no ocupáis pacíficamente las viviendas que tienen vacías los acaudalados por pura especulación? Eso sí, pagando lo justo, no lo que impone la ley de la oferta y la demanda de los últimos años, que ya hemos visto que no da resultado, porque últimamente deberían haber bajado los alquileres cerca de un 40% y no bajaron prácticamente nada.
Estamos perdidos con tantos corruptos, con los inútiles que nos gobiernan y con tantos pasotas soportándoles. Es que nos va la marcha y nos gusta que nos den.

CONSTANTE