Después de cumplir el sueño de visitar la Casa Blanca, nuestro presidente trata estos días de mediar en los conflictos de Oriente Próximo, para lo que había sido nombrado Tony Blair cuando abandonó el cargo de Primer Ministro de Gran Bretaña y fracasó. Lo mismo le ocurrirá a Zapatero y a todos los que lo intenten en el futuro, porque donde hay problemas de razas y religiones, enfrentadas con un odio secular o milenario, no hay nada qué hacer.
Me gustaría que Zapatero triunfase, pero será imposible; porque si lograse algo positivo podría levantar la cabeza, incluso con lo que está cayendo en el único país que no logra salir de la crisis ni a empujones, mientras que el que aspira a ocupar su lugar en La Moncloa esconde la cabeza bajo el ala para no ver lo que ocurre en su partido, con más de cien cargos implicados en la trama más grande de corrupción de la historia reciente de España, cuando no hace ni seis años predicaban que el PP era el partido de la honradez y de la eficacia.
¿Qué pasará ahora? Nada. Los corruptos pueden pagar a los mejores abogados del país y tienen a más de la mitad de los jueces a su favor; sino que le pregunten al Tribunal Constitucional acerca del recurso presentado por el PP al Estatuto de Catalunya, que nos podemos morir esperando la resolución definitiva. Pasarán años, el PP ganará todas las elecciones a las que se presente y aquí paz y después gloria. ¡Como tiene que ser! Mientras la mayoría de la población no tiene donde caerse muerta.
Ya expliqué varias veces cómo salir de la crisis, pero como no se entera nadie, lo repito otra vez. Hay que reformar la constitución y eliminar los parlamentos autonómicos, que resultan inútiles si todo lo que legislan tiene que ser refrendado por el Parlamento Nacional, eliminar a la mayoría de los políticos inútiles y a todos los funcionarios sobrantes que han enchufado, que son una lacra para la sociedad. Se debería elaborar un estudio de lo que cuesta la administración española a todos los niveles y compararlo con países similares. Estoy seguro que la española es la más cara e ineficaz de todas y esto es insostenible en un país de bajo rendimiento productivo y competitividad. Con la eliminación de todos estos parásitos elegidos en listas cerradas y rebajándoles los sueldoS al nivel de los trabajadores normales, sobraría dinero para todos los asuntos sociales que necesita y merece la población desamparada.
Desde que los gallegos ya no pueden emigrar, casi todos los universitarios y estudiantes de enseñanzas medias se preparan para oposiciones a funcionarios de las distintas administraciones públicas, para solucionar sus problemas de precariedad laboral. En los últimos años han contagiado a la mayoría de los españoles y nos encontramos en la paradoja de que las administraciones ya no pueden absorber más chupópteros ni enchufados. Así las cosas, o se hace una gran revolución con la juventud a la cabeza o lo pasaremos muy mal; pero para ello hay que ser como los franceses: tener cojones y no ser mamones. No se puede tolerar que muchísimos matrimonios jóvenes ya no puedan ni tan siquiera tener hijos en Catalunya, por la explotación a la que se ven sometidos debido a los contratos basura y por tener que trabajar e hipotecarse toda la vida para enriquecer aún más a las entidades financieras y a los especuladores. Si los gobiernos de turno están a merced de estos usureros y no pueden, no saben o no quieren solucionar los problemas que ellos mismos dejan crear, que se dediquen a otra cosa. Aquí tendría que decir: ¡Malditos sean! Pero como ayer agoté todas las palabrotas, diré que son unos gobernantes maravillosos, iluminados y salvadores, que sólo piensan en nosotros. ¡Qué haríamos sin ellos!
CONSTANTE
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