Esta tarde hojeé un pequeño periódico y al ojear los titulares he visto en la primera página la noticia: “Barcelona aplica mano dura a los conductores distraídos al volante”.
Anuncia que la Guardia Urbana sanciona a los que discuten, leen, se maquillan, cambian el CD o hablan por el móvil mientras conducen y que las multas van de 60 a 100 euros. Todo esto se puso en marcha debido al exagerado incremento de los accidentes.
Me parece bien, sobre todo si les quitan la chulería a los jóvenes (chicos) que son los que más se parecen a las prostitutas, que son el otro colectivo humano que sólo tiene prisa. Prueba de ello es que son los únicos que adelantan temerariamente aunque sólo sea para avanzar unos metros.
Creo que se deberían endurecer las leyes para los que no cumplen las normas establecidas y así se recaudarían más impuestos indirectos, que son los más justos. Si está prohibido fumar en lugares públicos y curar a los enfermos del tabaco cuesta más que lo que se recauda por impuestos, pienso que todos los vicios para tontos deben pagarse más caros. ¿Por qué no se incrementa el precio del tabaco a cinco o diez euros la cajetilla? ¿Y por qué no se multa contundentemente a los padres de los artistas callejeros? Entre otras cosas. Ya veríamos como se les quitarían las ganas de enguarrarlo todo a esta pandilla de cerdos y los ayuntamientos ahorrarían millones de euros en la limpieza de graffitis.
Pero por favor, no le toquéis los huevos a más de veinte millones de estúpidos que van de ministros hablando por teléfono todo el día. ¿Qué harían si no pudieran hablar por teléfono? Que revienten por tontos. Yo les sugiero que se dediquen a fornicar, que es mucho más saludable y gratificante que fumar o aborregarse delante de la televisión. ¿Cómo podemos ser tan estúpidos?
Hoy no quiero hablar de la oposición, porque son unos impresentables, me ponen enfermo y me dan asco.
CONSTANTE
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